Bernardo Esquinca entrega un ensayo narrativo con índices autobiográficos en una apostilla que inicia con el cuadro de su difícil nacimiento (“Cuando nací, casi muero en el proceso...”) y termina con reseñas de su entrega al oficio de narrador. “Y ahora, de manera inevitable, lo que siempre me atormenta: llegué tarde a todo. [...]. Por eso, supongo, repudio la realidad y me dedico a crear ficciones. No me ha quedado otro remedio que refugiarme dentro de mi propia imaginación”, concluye Esquinca. / Se complementa el dosier con una breve compilación de Rubaiyat del poeta iraní Omar Khayyam (1048 – 1131) en versión de Guillermo de la Mora Irigoyen; y Goyo Cárdenas: el feminicida serial como ícono pop, de J. M. Servín. Y más...