Stephen Collins: Pedofilia comprobada

Stephen Collins: Pedofilia comprobada
Por:
  • yolanda_pica

Los Ángeles, California, 1983, April Price (13) está de visita con su tía, que es productora ejecutiva. Descubre que el vecino es Stephen Collins (36) el famoso actor de la serie “Las leyendas del simio de oro”, emocionada toca a su puerta para pedirle una foto autografiada, Collins promete llevársela a su casa, lo cual hace al día siguiente y se desnuda por completo, la niña está paralizada, esta acción la repite varios días, así lo declaró Price en 2015 cuando se enteró de que el famoso actor era acusado de pedofilia.

Famoso por la serie “El Séptimo Cielo” donde Collins hace el papel de un pastor protestante con una familia, en cada episodio daban una lección moral.

Collins creció en Nueva York en el seno de una familia integrada, afirma que una mujer cercana afectivamente se desvestía delante de él entre los 10 y los 15 años de edad. Atribuye a este evento traumático el desarrollo de sus “malos hábitos” que se niega a llamar pedofilia, pero que no tiene otro nombre.

Estuvo casado 30 años con la actriz Faye Grant, quien descubrió su parafilia cuando una de sus sobrinas le platicó que a la edad de 11 años Collins le ponía su mano en el pene y se desnudaba delante de ella. Como sucede en estos casos, se lo dijo a su tía muchos años después y Grant lo forzó a acudir a una terapia de pareja donde ella en forma secreta grabó sus declaraciones en las que él aceptó tener ese “mal hábito” pero que era muy “de vez en cuando”. Terminaron en divorcio y el terapeuta que lo atendía diagnosticó: Pedofilia y Trastorno Antisocial de la Personalidad.

De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales en su quinta edición, los desórdenes parafílicos son un tipo de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer se encuentra en objetos, situaciones, actividades o individuos atípicos.

A este grupo pertenece la pedofilia en la cual, el individuo desde su edad adulta tiene atracción sexual hacia niños prepúberes de 13 años o menos. Se presenta con mayor frecuencia en hombres y se desconoce su prevalencia precisa, pero en cárceles se ha encontrado hasta en un 5 % de los reclusos. Su comorbilidad más común es Trastorno Antisocial de la Personalidad y no presentan ni arrepentimiento ni culpa, desde la adultez temprana buscan trabajos que les permitan estar cerca de menores de edad como profesores de deportes, voluntarios o cuidadores de niños.

El 5 de febrero de 2018, Carlos Aguiar Retes se convirtió en cardenal primado de México, uno de sus temas a atender es el de 15 curas pederastas que Norberto Rivera (su antecesor) denunció en diciembre de 2016, la obligación de Aguiar es entregar a la Procuraduría General de la República los expedientes de los 15 procesos eclesiásticos que están en el archivo de su tribunal arquidiocesano. Actualmente no sabemos quiénes son, si continúan ejerciendo el ministerio sacerdotal, en qué iglesias. Solo uno de los 15 curas ha recibido juicio y sentencia.

El Comité de los Derechos del Niño de la ONU ya le exigió al Estado mexicano que investigue estos abusos de la Iglesia.

Aguiar Retes en entrevista a la periodista Jessica Xantomila para el periódico “La Jornada” del día 30 de marzo de 2018 afirmó que la pederastia clerical se debe a la “crisis de la familia” pues los candidatos a sacerdotes “son hijos de madres solteras o padres separados”. De acuerdo al INEGI en su comunicado de junio de 2017, en el 28.7 % la jefatura de la familia corresponde a una mujer y esto no nos sitúa en un porcentaje mayor de pederastia que en otras sociedades del mundo. Es alarmante que el máximo representante de la iglesia católica en México piense de esta manera. El director de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP), Joaquín Aguilar Méndez, acerca de esta declaración afirmó que el gran problema es que estas conductas “no han sido castigadas, por eso siguen sucediendo, siguen delinquiendo porque en automático saben que no les va a pasar nada”.

Está comprobado que la única manera de detener la pedofilia es la vía legal, pues no existe a la fecha tratamiento psiquiátrico, ni tampoco se pueden asociar a historias familiares, estos enfermos se encuentran en cualquier familia tradicional. El 34 % dicen haber sufrido “abuso” pero no es una determinante, cuando esto ocurre es más grave psicológicamente si es perpetrado por una figura de autoridad como es un sacerdote, pues el niño por sentirse cómplice (que no lo es) lo denuncia hasta que es adulto, cuando ya no se persigue legalmente.

En las palabras del Papa Francisco: “El abuso sexual de niños es una enfermedad, por eso la iglesia debe esforzarse más en la selección de los candidatos que aspiren a ser sacerdotes, para no admitir a potenciales abusadores”.