El astro, descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el sistema ATLAS en Chile, ha generado alerta en la comunidad científica por su potencial riesgo de colisión con la Tierra. Con un diámetro estimado de 40 a 90 metros, la NASA ha calculado una probabilidad de impacto del 2.4% para el 22 de diciembre de 2032. Ante esta amenaza, la ONU ha activado por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria, coordinando esfuerzos globales para monitorear su trayectoria y evaluar posibles estrategias de mitigación. Se espera que nuevas observaciones, lideradas por el Telescopio Espacial James Webb, confirmen los datos en los próximos meses. Aunque el riesgo es bajo, un impacto en zona poblada podría ser catastrófico, lo que refuerza la importancia de la cooperación internacional en defensa planetaria.