¿Si no te abrigas te da gripa? La UNAM explica la verdad detrás de este mito

Hora de sacar el abrigo, la bufanda y el ‘ugly sweater’. Diciembre no sólo se caracteriza por sus luces y adornos navideños, sino también por sus fuertes fríos y ¿cómo no? Una fuerte presencia de gripas, resfriados e infecciones respiratorias de todo tipo.

Ante esto, hay diferentes formas de combatirlo. Desde tomar tecitos de limón con miel, hasta ir al doctor y completar un tratamiento con antibiótico y paracetamol. Sin embargo, siempre la principal precaución para evitar estos cuadros es abrigarse y no exponerse al frío. Pero ¿lo es realmente?

Los fríos decembrinos y las gripas están fuertemente relacionados. Sin embargo, contrario a la creencia popular, el frío no es la principal causa por la cual aumentan los contagios de esta molesta enfermedad. Entonces ¿por qué ocurre este fenómeno? La ciencia tiene una explicación.

¿Si no te abrigas te da gripa? La UNAM explica la verdad detrás de este mito

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó un artículo en su revista digital en el cual explica por qué existe una relación entre el frío y el aumento de contagios de gripa.

Así, de acuerdo con la Universidad, aunque la creencia popular dicte que el frío está relacionado con la aparición de gripas, la realidad es que las bajas temperaturas no pueden producir enfermedades por sí mismas. Entonces ¿qué pasa?

Por un lado, las bajas temperaturas pueden propiciar que los virus y bacterias se reproduzcan más rápido en el aire seco del ambiente. Además de que, de acuerdo con algunos estudios, el frío puede provocar que algunas células inmunitarias se debiliten. La combinación de ambos factores favorece la aparición de enfermedades.

Además, otro factor importante es que, a causa de las bajas temperaturas, las personas optan por estar más tiempo en espacios cerrados, lo cual aumenta las posibilidades de que alguien contagiado de gripa pase más tiempo con otras personas que no lo están, por lo que se expande la cadena de contagios.

Para evitar contagiarse, o que la enfermedad sea grave, se recomienda completar los esquemas de vacunación de influenza estacional y, de ser el caso, COVID-19. Abrigarse bien, tomar abundantes líquidos, mantener hábitos alimenticios saludables y, en caso de ser muy susceptible a enfermedades, portar cubrebocas en espacios públicos.

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