Por Carlos Jiménez
A Karla Alcívar Sámano, una vendedora de cosméticos y zapatos en abonos, ayer por la tarde le disparó un ladrón que asaltó a su novio en un semáforo en alto de la avenida Eduardo Molina.
La bala le entró por un costado del cuerpo. Desangrándose, a la madre de una bebé de tres días de nacida, la llevaron a la Clínica 23 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde se negaron a atenderla: minutos después, murió a las puertas de Urgencias del Hospital de La Villa.
La pareja venía de sacar 26 mil pesos de una sucursal de Bancomer que está sobre Calzada de Guadalupe, en la colonia ex Hipódromo Peralvillo, delegación Cuauhtémoc.
Juan Francisco guardó el dinero en la bolsa izquierda de su pantalón: lo querían para ampliar un puesto de tacos con una estructura metálica y meterle mercancías.
Salieron del banco y subieron al Altima de él, con placas MTD 21-14. Ella se sentó en el asiento del copiloto y se encaminaron a la casa de un familiar, ubicada por el rumbo de la colonia Martín Carrera, en la Gustavo A. Madero.
“Íbamos sobre la avenida Eduardo Molina”, contó Juan Francisco a La Razón, “cuando se puso la luz roja del semáforo en el cruce con Talismán. En ese momento, un hombre armado se acercó de mi lado y empezó a pegar en la ventana con una pistola. Me puse muy nervioso y traté de bajar la ventana, pero como es eléctrica no pude hacerlo rápido, no pude… y entonces nos disparó”.
La bala reventó el cristal y penetró por un costado del cuerpo de Karla. Asustado, Juan Francisco sacó el dinero de su bolsa y se lo dio al asaltante, quien subió a un taxi y huyó del lugar con un cómplice.
Al ver herida a su novia, Juan Francisco aceleró y llegó a la Clínica 23 del IMSS, distante a menos de un kilómetro, en Calzada San Juan de Aragón y la propia avenida Eduardo Molina.
Pero cuando llegó y pidió ayuda a los médicos, éstos se la negaron.
“Aquí no hay área de urgencias, llévala a otro lugar”, así me dijeron. “Me indicaron que mejor fuera al Hospital de la Villa, que ese sí era de urgencias”.
Juan Francisco tomó la avenida San Juan de Aragón y llegó al hospital.
Una vez más pidió ayuda a los doctores.
“Me dijeron que sí me ayudarían, pero yo tenía que cargar a Karla hasta Urgencias.
Cuando fue por ella para llevarla, Karla, de 24 años de edad y madre de una niña hacía apenas tres días, ya estaba muerta.
Justifica IMSS
el imss justificó la falta de atención médica implicada en la muerte de la joven asaltada tras retirar dinero de un banco, al responsabilizar al vigilante de la clínica. Comunicación Social del Instituto reveló que el policía de la Clínica 23 atendió al acompañante de Karla y le informó que ahí no había área de urgencias. “El policía debió preguntarle cuál era la emergencia, pero el joven que se bajó del auto sólo preguntó si había urgencias y se retiró del lugar sin pedir la atención para la joven o explicar qué tipo de urgencia tenía. Sólo llegó, preguntó por urgencias y se retiró”, sostuvo la dependencia. Fue el área de Prestaciones Médicas de la Delegación Norte, la que emitió el reporte entregado por el policía que “presuntamente” no tuvo oportunidad de atender al joven que llegó a la clínica.
Por Nayeli Gómez
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