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Entre empujones, retenes de granaderos y enfrentamientos entre un grupo de civiles con elementos de Seguridad Pública, el Jesús de Iztapalapa logró su ascenso al Cerro de la Estrella.
Tras escenificar las caídas bíblicas, Francisco Serrano logró, con la cruz de 90 kilos de peso a cuestas, concretar la última parte del Vía crucis que se escenificó en esa demarcación.
Los actores, quienes encarnaron tanto a la Virgen María como a la mujer del cántaro, María Magdalena, entre otros, participaron sin mayor contratiempo. Sin embargo, fue en un cruce de Avenida Ermita Iztapalapa donde se formó el primer zafarrancho entre civiles, integrantes del comité organizador de la representación y granaderos.
En ese instante el Jesús de Iztapalapa tuvo que dejar por momentos la pesada cruz de madera para pasar un retén y continuar con el Vía crucis, mientras los granaderos comenzaron a contener a civiles que querían pasar.
Luego de minutos de enfrentamiento, Francisco Serrano pudo seguir su camino para, metros después, recibir de nueva cuenta la cruz de madera.
No obstante, apenas se había incorporado al recorrido cuando de nueva cuenta un enfrentamiento protagonizado por granaderos y jóvenes de la demarcación se presentó, lo que ocasionó que Jesús dejara de nueva cuenta la cruz.
Metros después se le incorporó el madero de 90 kilos y una vez que el zafarrancho fue superado el nazareno, secundado por Dimas y Gestas, los guardias romanos y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, continuaron el recorrido y completaron el ascenso al Cerro de la Estrella, hoy convertido en Monte Calvario.
agp
