Foto Carlos Jiménez La Razón
Gráfico Erick Zepeda La Razón
Abandonado y sin vigilancia. Son restos de ropa carbonizada en un cuarto, tierra removida combinada con cal, hierba crecida, botellas de alcohol… que dan cuenta de lo que ocurrió aquí hace un año.
Así permanece el rancho La Negra, en Tlalmanalco, el lugar donde fueron asesinadas y sepultadas las víctimas del after Heaven.
Desde hace un año la hierba creció sin que nadie la podara. Nadie ha regresado a cuidar este terreno ubicado a 65 kilómetros de la Zona Rosa y a casi tres de la cabecera municipal.
Los caballos, borregos, puercos, gallos y gallinas se los robaron. También desapareció una planta de luz, la mezcladora de cemento y el tractocamión que estaban aquí.
Las tres cisternas que hay en diferentes puntos de esta construcción, ahora sólo guardan agua con musgo y plagada de moscos.
Aquí, arrumbadas y apiladas en un rincón, quedan aún las botellas de cerveza XX Lager, ésas que —según los testimonios del caso— les dieron de beber a las mujeres antes de morir.
También hay restos de platos y vasos desechables, quedaron tirados entre la tierra del lugar en el que guardaban a los puercos, en el mismo en el que tuvieron cautivos y les dieron a los hombres de comer.
En uno de los tres cuartos construidos dentro del rancho quedaron un par de tenis carbonizados, una gorra, una playera y un calcetín a medio quemar… son algunas de las cosas que las autoridades decidieron no llevarse.
“Desde hace meses nadie va para allá… el lugar está olvidado”, dice un hombre que vive a unos dos kilómetros del lugar y que es el vecino más cercano.
En el cuarto principal quedó una botella de wisky Buchanans, también una de ron Azteca de Oro. Manchas de sangre en la pared y los testimonios de quienes confesaron su participación en el crimen, revelan que los jóvenes raptados en el Heaven, pasaron ahí sus últimos momentos de vida.
Según las indagatorias de las autoridades, el rancho es de Edwin Cabrera Jiménez, el hombre apodado Antúan, y a quien se le señala como la persona que ordenó cometer el crimen.
De las reuniones que realizaba aquí con los integrantes de La Union ya sólo queda basura. El lugar está olvidado, ni siquiera las autoridades andan por aquí, donde hace un año fueron asesinados 13 jóvenes raptados en el after Heaven.
De Durango y DF los que faltan por aprehender
Por Carlos Jiménez
El gerente y encargado principal del Heaven, el líder del grupo delictivo La Unión y dos narcomenudistas de Durango son las cuatro personas que la Procuraduria capitalina busca para cerrar las investigaciones sobre el secuestro y homicidio de los 12 jóvenes al interior del bar.
La Razón tuvo acceso las órdenes de aprehensión que aún quedan pendientes. En ellas aparecen dos nombres que hasta ahora no habían figurado en el expediente.
Uno es Alejandro Mayorga Hernández, El Alex o El Sandwich, y el otro José Salas Arreola, El Pilo.
Los dos han tramitado amparos en contra de cualquier orden aprehensión, pero se los han negado.
Ambos trabajaban para Edwin Cabrera Jiménez, Antuán, identificado como la persona que ordenó el plagio y muerte de las víctimas.
Originario de la ciudad de México y con domicilio inicial en la delegación Venustuano Carranza, Antuán también tiene una orden de aprehensión por los homicidios.
El siguiente por capturar es Ismael García Polo, El Polo. Él era gerente del after y se le achaca haber “puesto” a los jóvenes el día que los plagiaron.
