PGJ atrapa a ladrón... en su propio búnker

Gráfico Daniel Martínez La Razón

Dentro del cuartel central de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en el cuarto piso del llamado búnker, agentes capitalinos capturaron a un ladrón que entró al edificio… a robar. Para el momento en que lo descubrieron, ya se había apoderado de tres teléfonos celulares, entre ellos los de un Ministerio Público (MP) y de un elemento de la Policía de Investigación (PDI).

Un informe interno de la dependencia, al que La Razón tuvo acceso, revela que fue la semana pasada cuando los agentes atraparon al delincuente en el ala sur del cuarto piso, en donde se encuentra la Fiscalía para Mandamientos Judiciales.

Según la carpeta de investigación CI-FCUH/CUH-2/CUH-2/UI-1S/00334/03-15, el hombre identificado como Eduardo Aníbal Villalpando, de 52 años de edad, había estado dentro del inmueble alrededor de una hora en busca de sus víctimas.

Fue alrededor de las 13:00 horas cuando el sujeto, habitante de Chimalhuacán, llegó a las instalaciones de la Procuraduría, en la colonia Doctores.

Pasó por el acceso principal sin que nadie le cuestionara el motivo. Pese a que existe un módulo de registro, y en la puerta hay elementos de la PDI y cámaras de seguridad, el hombre entró y subió hasta el segundo piso del inmueble sin problema alguno.

Ahí, en el área de atención de niños, niñas y adolescentes, caminó por los pasillos en busca de su primera víctima.

En unos minutos la encontró: una oficial secretario del MP estaba distraída, lo cual aprovechó para tomar su teléfono celular sin que nadie lo notara.

Ya con el aparato escondido en su pantalón, subió sin problema hasta el cuarto nivel del edificio, sólo un piso debajo de donde despacha el procurador capitalino, Rodolfo Ríos.

Llegó a la Fiscalía para Mandamientos Judiciales. A pesar de que también hay un módulo de seguridad, una vez más nadie le cuestionó a dónde iba, por lo que entró sin dificultad.

Tras unos minuto, fue descubierto mientras trataba de llevarse un teléfono que Beatriz Tepale Pajarito, agente de la PDI, dejó en su escritorio.

Al ser revisado e interrogado, le hallaron otros dos aparatos. Confesó que uno lo tomó en esa misma área, y el otro lo había hurtado dos pisos abajo, e incluso llevó a los agentes hasta el lugar dónde lo robó. Por ello fue puesto a disposición del Ministerio Público, acusado de robo, y después enviado al Reclusorio Oriente.

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