Con una barda de tablarroca derruida, pintura desportillada, muros colapsados, vidrios rotos, hierba crecida, lámparas inservibles, láminas oxidadas y taquillas completamente destruidas, así se encuentra el Parque Acuático El Rollo, que desde hace nueve años dejó de operar en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec, zona en la que en los últimos tres años se han econtrado cinco cuerpos y restos humanos.
Del sitio inaugurado en 1979 con el nombre de Aguas Salvajes no queda nada. El área de vestidores tiene varillas oxidadas que salen del piso, hay muros con grafiti y botellas de cerveza se amontonan entre los escombros del lugar, constató La Razón en un recorrido.
En una de las salas hay incluso un catre y colchones en los que se esconden ratas. Donde antes había una tienda y sombrillas solamente quedan tabiques semidestruidos y quemados, y hierbas que crecen hasta 70 centímetros.
Los toboganes del balneario urbano, que llegó a recibir hasta 3 mil 500 personas diarias, están a punto de derrumbarse y la primera piscina con olas artificiales que hubo en México está vacía. Solamente una de las albercas tiene agua, pero es verdosa, pues quedó estancada entre montones de basura tras la última temporada de lluvias.
El terreno, de 19 mil 600 metros cuadrados, está abandonado y ahora sólo lo ocupan personas en situación de calle y delincuentes que lo utilizan como guarida para consumir drogas y alcohol, refirieron paseantes y vecinos.
Esto, aunado a que la iluminación de la zona es nula, hace del lugar un espacio inseguro, particularmente por las noches, manifestaron visitantes.
“El problema es que por las noches está muy oscuro. No hay iluminación, no hay vigilancia, entonces se vuelve inseguro. Ahí uno puede correr riesgo, sobre todo las mujeres”, comentó Daniel Hernández, un empleado de la zona.
En esta sección, refirieron paseantes y trabajadores, lo mismo se pueden encontrar cadáveres que ser víctima de asaltos o robo de autopartes.
El 20 de septiembre pasado el cuerpo semidescompuesto de una mujer con huellas de abuso sexual y golpes fue localizado en el lugar conocido como presa Tacubaya, no muy lejos del predio que el Gobierno de la Ciudad de México recuperó en junio de 2015.
Este hallazgo se suma a otros cuatro similares registrados en distintos puntos de la Tercera Sección del Bosque, que tiene 243.90 hectáreas y vigilancia escasa, como pudo comprobar La Razón.
El 31 de mayo de 2015 una osamenta fue localizada en una barranca y 9 días antes un hombre de la tercera edad cayó en una hondonada. Aunque sólo sufrió golpes nadie se percató del accidente sino hasta un día después, el 23 de mayo, debido a la escasa actividad en el lugar.
Otro hallazgo se registró el 3 de mayo de 2015, cuando el grupo de rescate Topos realizaba una práctica cerca del predio abandonado. Aquella ocasión encontraron el cuerpo momificado de un varón en un sitio conocido como La Barranca.
En tanto, en junio de 2013, paseantes reportaron haber visto un tronco y extremidades. Los restos pertenecían a Martha Itzel Camacho, quien fue asesinada por su pareja sentimental, Enrique Valle Celis, de acuerdo a reportes policiacos.
Apenas un mes antes, autoridades encontraron el cadáver de una mujer que fue calcinada.
Esta situación de abandono impera no solamente en lo que fue el Parque Acuático El Rollo, sino también en las inmediaciones del lugar, donde pasajes y espacios de recreo y ejercicio ahora lucen desoladas y sin mantenimiento, salvo algunos arbustos recortados.