Activistas y representantes de pulquerías urgieron al Gobierno capitalino a levantar la suspensión de al menos una docena de establecimientos que venden “la bebida de los dioses”, para llevar a cabo una reforma para que los negocios de este tipo no sean considerados bares, sino espacios culturales.
Durante una protesta afuera de la pulcata La Paloma Azul, en la alcaldía Benito Juárez, algunos portavoces acusaron al Instituto de Verificación Administrativa (Invea) de cerrar injustificadamente establecimientos de este tipo durante los operativos del programa La Noche es de Todos, pues los consideran como bares. Además les solicitan documentos de acuerdo con ese giro comercial.
- El Dato: De acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de México, la preparación del pulque es una tradición mexicana que tiene más de dos mil 500 años
“Son clausuras arbitrarias. Hemos sido catalogados como giros negros, nos requieren cosas muy fuera de lugar, nos clasifican como un bar cuando no es así, nuestro negocio es totalmente distinto, es un negocio de tradición.
Xochimilco y UNAM firman convenio para iniciar estudios de regularización
“No permiten el diálogo, llegan como si fueras un delincuente, llegan con tres o cuatro patrullas, con camiones de granaderos y a intimidar a nuestros clientes”, comentó el representante de la pulquería La Malquerida, en la alcaldía Cuauhtémoc, Alberto Cruz.
Una señora que vende quesadillas en contra esquina de La Paloma Azul contó a La Razón que el día que se llevó a cabo el operativo pensó que había ocurrido un asunto de gravedad, pues llegaron varios vehículos oficiales con decenas de policías con escudos.
- 63 pulquerías en la Ciudad de México están registradas ante el Inegi
- 121 años tiene la pulquería La Risa, considerada como la más antigua
“Yo ni quería asomarme, pensé que había balacera o una cosa más grave, cerraron el cruce, se bajaron corriendo de sus vehículos encapuchados y armados, con sus máscaras esas que se protegen, además, ya fue en la noche”, recordó.
De acuerdo con los manifestantes, además de La Paloma Azul, algunas pulquerías suspendidas en los últimos seis meses son La Bella Carolina, Las Vacas Verdes, El Ombligo del Maguey, La Malquerida, La Burra Blanca, La Nueva de Tacubaya, y La Canica.
Federico Olvera, de la pulquería Agave 69, en Xochimilco, contó que su negocio fue suspendido por “vacíos legales” existentes, que han provocado que otros establecimientos sean considerados como sitios de venta de alcohol, pero no es así, sino que se trata de bebidas fermentadas.
Representantes de estos negocios mencionaron que el Invea los considera como giros de impacto zonal, de acuerdo con el artículo 27 Bis, de la Ley de Establecimientos Mercantiles para la Ciudad de México. En este rubro si bien no aparece el comercio “pulquería”, sí están “chelería”, “bar”, “cantina”, entre otros.
El vocero de La Canica, en la alcaldía Cuauhtémoc, César Ponce, exigió un diálogo con la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, para escuchar su posición respecto a la defensa del pulque como Patrimonio Cultural. También solicitó certeza jurídica de la figura de las pulquerías en la ley y tiempo para regularizarse.
“Queremos establecer que nos den un uso de suelo por derechos adquiridos a todas las pulquerías, también la determinación de las pulquerías como patrimonio cultural intangible de la Ciudad de México; asimismo, la determinación de las pulquerías como espacios culturales independientes”, indicó.
El pasado 2 de octubre, la administración del entonces Jefe de Gobierno, Martí Batres, publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México la declaratoria del proceso para la elaboración del pulque como Patrimonio Cultural Inmaterial local.
El documento señala que en 22 pueblos originarios de Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco se hace pulque.
El promotor cultural y activista, José Manuel Amador, pidió un alto al agravio en contra de las pulquerías, las cuales, afirmó, han ido a la baja, pues mientras en la década de los 90 había cerca de dos mil establecimientos, actualmente hay cerca de 100.
El pulquero dijo que esta disminución de los comercios de este tipo se debe a diversos factores como los vacíos legales, posturas de autoridades, estigmas, entre otros, por ello exigió que estos negocios sean considerados espacios culturales.
“El trabajo que hace la pulquería como experiencia de socialización, de promoción de la cultura, de encuentro, como parte de la riqueza cultural ha sido mucho”, dijo. Coincidió con él Laura Leyva, de La Hija de los Apaches.
ENCUENTRO ENTRE LAS PARTES. Mientras se llevaba a cabo la protesta, Brugada Molina encabezaba una conferencia, en la cual este diario la cuestionó acerca de los cierres de las pulquerías y respondió que no son cierres arbitrarios, sino que el objetivo es que se cumplan con las reglas de operación.
“Sabemos que es parte de la vida de esta ciudad y el pulque es una tradición también. No hay un interés, más que el que no se conviertan algunos espacios de este tipo, en espacios generadores de violencia. Y que cumplan las reglas”, dijo.
Al respecto, el secretario de Gobierno, César Cravioto Romero, informó que habrá apoyo a las pulquerías para su regularización y cumplan con las normas, por ejemplo, para la venta de alimentos con alcohol. Dijo que habría una reunión entre su dependencia, el Invea y representantes pulqueros.
El promotor de la bebida como Patrimonio Cultural, Manuel Valdovino, comentó que se acordó defender las pulquerías, pero quienes vendan otro tipo de tragos deberán cambiar de giro comercial.
“Dijo la autoridad que no se tiene por qué vender destilados, tequilas u otro tipo de bebidas, prometieron dar seguimiento a cada pulquería de las que cerraron para que abran”, dijo a este diario.
El pulquero añadió que algunas de las pulquerías fueron cerradas por la venta de cerveza y otras bebidas, otras porque no cumplieron con ciertos requisitos, como salidas de emergencia, pero en algunas no hubo justificación.