El coordinador de Gestión de la Calidad Ambiental en Zonas Conurbadas y Metropolitanas de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), Ramiro Barrios Castrejón, comentó que, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), aún se esperan entre dos y tres ondas de calor más para este 2025.
La última onda de calor que registró Conagua fue del 19 al 21 de mayo y afectó a 25 entidades, entre ellas, la Ciudad de México, donde se esperaban temperaturas de entre 30 y 35 grados centígrados.
Además, el pasado 3 de mayo, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) informó que se registró una onda de calor que se extendió hasta el 11 del mismo mes y las temperaturas se elevaron hasta los 34 grados.
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“Los últimos 10 años han sido cada uno más caliente que el anterior, la temperatura va subiendo, pero 2024 fue un año completamente atípico en la región por varios fenómenos que dieron lugar a estas ondas de calor”, dijo Barrios Castrejón a La Razón, quien mencionó que, para este 2025, se preveían entre cuatro y cinco ondas de calor.
El especialista explicó que el calor sin aire muchas veces propicia las contingencias ambientales, por lo que hay criterios para responder a este problema, los cuales se utilizan desde 2016; sin embargo, en 2019 hubo adiciones importantes, tal como el protocolo para partículas PM2.5, así como la activación de la Fase ll de contingencia, la cual se aplica en caso de que haya presencia de ozono y partículas.
Barrios Castrejón dijo que una de las medidas aplicadas, en caso de contingencia, es la restricción del número de autos que circulan, lo que ayuda a que no hagan emisiones y a descongestionar tránsito, lo que también reduce emisiones.
“Basado en la información meteorológica del Sistema de Monitoreo Atmosférico y las condiciones de calidad del aire de los años anteriores, se estima que en este año podrían tener entre 11 y 13 días donde las concentraciones sean superiores a este umbral para activar contingencias”, advirtió el especialista.
En lo que va de 2025 se han declarado cinco contingencias por ozono y una por partículas, mientras que en el año anterior hubo 11, de las cuales cinco fueron por ozono.
El 6 de marzo de 1992, se activó una contingencia Fase I con 276 puntos del índice, pero se suspendió el 7 de marzo con 187 puntos 191 partes por billón (ppb). Ese año, hubo una contingencia Fase II que alcanzó los 398 puntos del índice, aproximadamente 402 ppb y que se desactivó al día siguiente con 151 puntos del índice.
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Barrios Castrejón explicó que el ozono se forma en el aire a partir de otros contaminantes, mientras que las partículas se emiten a la atmósfera como resultado de las emisiones de industrias, vehículos, servicios, entre otras.
“En el caso de contingencia por ozono, reduce principalmente en días soleados y calurosos, entre la una y las siete de la tarde. En esos horarios, los niveles de ozono tienden a alcanzar un pico más elevado, dependiendo de la zona, pero en el caso de contingencia por partículas, estos horarios no aplican”, sostuvo.
El coordinador de Gestión de la Calidad Ambiental en Zonas Conurbadas y Metropolitanas añadió que, en términos generales, las partículas finas (PM2.5), tienen un impacto sobre la salud más severo que el ozono.
Por lo que exhortó a la ciudadanía a mantenerse informada, ya que en caso de que se presente una contingencia ambiental se deben prevenir, especialmente quienes tengan problemas de salud, para que puedan tomar acciones inmediatas para reducir la exposición a los contaminantes.
“Invitar a la población a tomar las acciones que les tocan en caso de que sea necesario reducir emisiones, a algunos nos toca dejar de circular ese día, pero también los responsables de la operación de la industria, en servicios y comercios, tienen un rol muy importante para reducir emisiones”, aseguró.
El experto agregó que es de suma importancia consultar el Índice aire y salud a través de la página www.aire.cdmx.gob.mx o la app AIRE para dispositivos móviles.
El Sistema de Monitoreo Atmosférico cuenta con 34 estaciones de monitoreo automático distribuidas en la Zona Metropolitana del Valle de México, que miden la concentración de los contaminantes para saber la calidad del aire.
En el monitoreo de los contaminantes, para el criterio se utilizan equipos que cumplen con las características normativas necesarias, basadas en un método de referencia y requeridas en las Normas Oficiales Mexicanas correspondientes para medir cada contaminante.
“Esto asegura que se usen instrumentos capaces de generar resultados reproducibles y trazables, con características técnicas evaluadas y aprobadas por una autoridad en el tema”, dijo.
Por otra parte, Ramiro Barrios resaltó que para continuar con la mejora de la calidad del aire es importante reconocer que a lo largo de los años las fuentes y la cantidad de las emisiones se han modificado, así como las reacciones químicas que producen el ozono.
El especialista destacó que se ha incrementado la población de la Zona Metropolitana del Valle de México y su superficie, el consumo de gas, gasolina, diésel, electricidad, el número de vehículos, entre otras. También han cobrado la mayor importancia de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles, así como los efectos del cambio climático en la calidad del aire.
