“¡Al suelo, todos al suelo!”

Elementos de seguridad privada de la Plaza Artz gritaron “todos al suelo, todos al suelo”, cuando se escucharon las detonaciones de arma de fuego que hicieron eco en el lugar.

Sin saber de dónde provenían, los asistentes se tiraron bocabajo, con la manos en la nuca. “Parecía que los tiros venían de todas partes. Sólo nos veíamos a los ojos quienes estábamos en el suelo, algunos rezaban y otros lloraban”, relató un empleado de la tienda Lacoste que está a tres locales del restaurante donde ocurrió el crimen.

“Agárrenla”, se oyó después de que cesaron los balazos. En ese momento las cortinas de los negocios se bajaron y algunas alarmas sonaron.

“Nos estábamos levantando y tratamos de correr a las salidas, pero de repente se oyeron disparos con más fuerza; nos volvimos echar al suelo”, dijo Liliana, quien acudió con sus amigas a comprar un regalo.

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Testigos quedaron atrapados en los establecimientos que visitaban. Entrevistados por La Razón calificaron con palabras como  “miedo”, “terror” y “pánico” su experiencia en el centro comercial que ha padecido dos asaltos a negocios, un incendio y el derrumbe parcial de una terraza a poco menos de un año y medio de su inauguración.

Un comensal regiomontano del restaurante donde surgieron los disparos describió como “un escenario digno del narcotráfico” el hecho que le costó la vida a dos hombres.

“Nunca pensé vivir un ataque de este tipo aquí, que sólo los grandes narcos hacen en Tijuana. Ya no estamos a salvo en ningún lugar ni en ningún horario”, afirmó Rolando.

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