Cumplen medidas sanitarias en los panteones

Disminuye 65% la visita a los difuntos; “ahora no es fiesta”

El 1 Y 2 DE noviembre acudieron 352 mil personas; en el 2019 hubo más de un millón; las pérdidas de vidas por la pandemia le dieron otra característica a la celebración

Personas acudieron ayer, con medidas sanitarias, al Panteón Dolores.
Personas acudieron ayer, con medidas sanitarias, al Panteón Dolores.Foto: Cuartoscuro
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Con aproximadamente 65 por ciento menos afluencia que en el 2019, antes de la pandemia de Covid-19, este 1 y 2 de noviembre los capitalinos regresaron a los 120 panteones de la Ciudad de México para visitar a sus difuntos.

De acuerdo con la Secretraría de Seguridad Ciudadana (SSC), entre el 1 y 2 de noviembre de este año acudieron a los panteones unas 352 mil personas, 65 por ciento menos que lo registrado en la misma fecha del 2019, cuando se registraron poco más de un millón de visitantes en los camposantos; en aquel año, las autoridades registraron más de 97 mil visitas sólo el 1 de noviembre y más de 904 mil 500 para el día 2 de noviembre.

María Luisa, habitante de la alcaldía Álvaro Obregón, acudió este lunes a uno de los panteones de la Miguel Hidalgo, para visitar las tumbas de sus familiares, luego de meses de no acudir.

Para ella, como para miles de capitalinos, la pandemia implicó la muerte de seres queridos, por lo que ahora, dejar flores en las tumbas de quienes se fueron es una forma “de encontrar paz”.

“Mucha gente se fue así, en los hospitales, solos, por el aislamiento provocado por el Covid; a mí así me tocó, a mi hermano le dio y no pudimos verlo, tampoco se le dio sepultura, ni las cenizas; fue en diciembre (de 2020), ya va para el año y apenas la semana pasada hicimos misa (y) las reuniones que se hacen cuando alguien se te va”, comentó.

Mucha gente se fue así, en los hospitales, solos, por el aislamiento provocado por el Covid; a mí así me tocó, a mi hermano le dio y no pudimos verlo

María Luisa, Habitante de Álvaro Obregón

El señor Víctor, residente del Estado de México, solía acudir con su familia al panteón, cada año, para ver a su madre, junto a hermanos y nietos; lo que marca la tradición es que cada año, el 1 de noviembre, llegan las almas de los más pequeños, y el día 2 arriban las de los adultos —el día 1, la Iglesia católica celebra la solemnidad de Todos los Santos, todos aquellos que comparten el triunfo y la gloria de Cristo, y el día 2 celebra la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos—, por lo que miles de mexicanos acostumbran pasar la noche entre el 1 y el 2 de noviembre en el camposanto; sin embargo, este año, ante los embates de salud que dejó la pandemia, los gobiernos locales optaron por mantener las puertas cerradas durante la noche, e incluso, en algunos, se impidió el acceso con bebidas alcohólicas.

“Este año no hubo fiesta, sólo fuimos a limpiar la tumba, a dejar flores o a platicarles (a los muertos), pero sin fiesta”, comentó el ciudadano a este diario.

En el panteón de Xoco, de Coyoacán, también hubo movimiento este martes.
En el panteón de Xoco, de Coyoacán, también hubo movimiento este martes.Foto: Cuartoscuro

Para él, este año las fiestas de Día de Muertos tuvieron una “característica muy especial” porque, “por un lado, estamos quienes salimos a celebrar, cansados de la cuarentena, del cubrebocas, pero también estamos, al mismo tiempo, con la sensación de los que se fueron, y no sólo por la pandemia; toda la gente que murió en esos meses, pero ves que no se podían hacer reuniones; sí pega”, explicó.

A diferencia de otros años, cuando los panteones se llenaban de familiares que acudían a las tumbas, en medio de flores de cempasúchil y con mariachi, en tumulto, este año se vieron filas afuera de los camposantos; para permitir el ingreso, los trabajadores de los panteones solicitaron a los visitantes checarse la temperatura, les brindaron gel antibacterial y se aseguraron que trajeran cubrebocas bien colocado.

Además, las visitas no debieron durar más de 30 o 40 minutos, para evitar tumultos en el interior.

Afuera del Panteón Civil de Dolores, en la Miguel Hidalgo, se observaron decenas de familias que acudieron a esperar por su turno para ingresar, algunos con ramos de flores, cubetas y escobas para limpiar las tumbas; y, la mayoría de ellos, con el obligado cubrebocas.

Estamos con la sensación de los que se fueron y no sólo por la pandemia; toda la gente que murió en esos meses, pero ves que no se podían hacer reuniones; sí pega

Víctor, Residente del Estado de México

En la entrada, decorada con flores de colores con motivos de la época y una calavera en el centro, permanecieron los letreros de advertencia: “uso obligatorio de cubrebocas”, “mantén la sana distancia”, “prohibida la venta de alimentos al interior del panteón”, como recordatorios del regreso a la normalidad en medio de la pandemia. Pese a las advertencias, por momentos los habitantes olvidaron la sana distancia y se aglutinaron, antes de su ingreso al camposanto.

En este panteón, debido a la contingencia, que en algún momento saturó los hospitales y espacios de sepultura, los horarios extendidos para la cremación de cuerpos aún se mantienen y se da servicio durante las 24 horas del día.