Asociación público-privada

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Razones Financieras

Por Haig Gulesserian D.

En los últimos dos años se ha percatado una disminución en la actividad en materia de infraestructura, bajo el esquema de participación público privada.

¿Por dónde venimos y hacia dónde vamos?

Durante la Administración del Presidente Salinas (1989-1994), México fue uno de los pocos países que logró dar un impulso importante al desarrollo de infraestructura con participación de la inversión privada. A raíz de la crisis financiera de 1995, provocada por la devaluación del peso en diciembre de 1994, dicho proceso se detuvo de manera abrupta y empezó a recuperarse hasta mediados de la Administración del Presidente Fox (2000-2006).

La Administración del Presidente Calderón (2006-2012) dio continuidad al desarrollo de infraestructura, a pesar de la crisis financiera global de 2008, ganándose el apodo de “sexenio de Infraestructura” gracias, en gran parte, al apoyo de la banca de desarrollo y del Fondo Nacional de Infraestructura, los cuales permitieron el desarrollo de múltiples proyectos con inversión privada.

La Administración actual del Presidente Peña Nieto empezó con altas expectativas en materia de desarrollo de infraestructura, tomando en cuenta la estabilidad financiera del país y lo que el equipo del Presidente había logrado en el Estado de México bajo el esquema de asociaciones público privadas (APP’s), mejorando al mismo tiempo las finanzas precarias del gobierno estatal. Sin embargo, no tardó en surgir cierta desilusión por razones no difíciles de identificar como son: 1) retraso en la publicación del Programa Nacional de Infraestructura, resultado en gran parte por el proceso de tratar de incorporar los compromisos del Presidente en el plan, 2) una Ley de APP que resultó ser más compleja que la intención original, lo cual en parte influyo al gobierno a utilizar más la figura de obra pública, que conlleva el riesgo de recorte presupuestal.

Con la caída del precio de petróleo en el último trimestre del año pasado, se tuvo que suspender el tren bala México-Querétaro y cancelar el tren Transpeninsular Mérida-Cancún (para el alivio de muchos preocupados por su justificación económica). A raíz del replanteamiento del presupuesto para 2016, el gobierno está volteando otra vez hacía la participación de la inversión privada.

Para poder detonar de nuevo la participación de la inversión privada en infraestructura a partir de 2016, hay que: 1) dedicar los recursos para preparar adecuadamente los proyectos en sus aspectos técnicos, jurídicos y financieros, para minimizar variaciones en el costo y los tiempos de ejecución, 2) educar a la sociedad sobre los costos y virtudes de la participación de capital privado en infraestructura.

Mientras que los APP’s implican un costo adicional en su preparación y financiamiento, tienen la virtud de: a) transferir el riesgo del proyecto, construcción, operación y mantenimiento al sector privado, b) aislar el proyecto del riesgo de recortes presupuestales, c) asegurar el buen estado de mantenimiento del activo durante el plazo del contrato.

Lo anterior es indispensable para que la inversión privada ayude a Mover a México.

haig@gulesserian.com.mx

*Presidente del Comité Técnico Nacional de Infraestructura del IMEF