Corriendo en Los Viveros

Corriendo en Los Viveros
Por:
  • larazon

Carmen Amescua

No siempre, pero a veces me llega a suceder. Esta sensación de que los esfuerzos no dan rápidamente el resultado que quiero. Para un diagnóstico final no hay más que dejar pasar el tiempo. Hace unos días la vida me confirmó que echándole ganas, tarde o temprano se ven resultados.

Es la analogía de la piñata; si nos queremos ganar los dulces, hay que darle y darle hasta que se rompa. Si nos quitamos antes le van a tocar a otro. Más vale quedarse hasta el final.

El domingo pasado fue la séptima carrera en pro de los Viveros de Coyoacán. Los Amigos de los Viveros A.C. cada año la organizan. Sin mayor apoyo que su entusiasmo diseñan la logística, consiguen las camisetas, venden los boletos, buscan patrocinadores, arman su arco con globos verdes para la meta, y lo que se ofrezca. Con lo recaudado (además te regalan un arbolito) arreglan el lugar. La idea de fundar los Viveros se le ocurrió a Miguel Ángel de Quevedo (el Apóstol del árbol) en 1901. Desde esa fecha se dedicó a buscar apoyos para el proyecto. En 1907, José Ives Limantour, que era Secretario de Hacienda, fue de visita y le encantó. Él convenció al presidente Porfirio Díaz para que fuera. Al presidente le gustó tanto, que le dio el apoyo de su gobierno para fundarlo ese mismo año. El diseño junto con la plantación lo hizo Mariano Ruiz del Castillo (el mismo que sembró las huertas de Chimalistac). Fue el primer vivero forestal mexicano. Después el gobierno fue comprando propiedades para integrar las 39 hectáreas que actualmente mide el lugar. Finalmente en 1938 abrió sus puertas al público y Lázaro Cárdenas del Río lo declaró Parque Nacional (junto con todo el poblado de Coyoacán).

La carrera empezó a las 7 de la mañana. Participaron los equipos tradicionales: Los Gansitos, La Pandilla, El Classic Club, El Lavadero y Los del “cero”, mamás, papás con carriolas, mascotas, y personas de la tercera edad. Durante el trayecto de los 5.5 kms que duró la carrera fui pensando en lo que para mí hoy representa correr.

Mi primera carrera oficial fue ahí mismo en 2011. Más bien los caminé, a ratos daba saltitos ya por pura dignidad de ver a los veteranos de setenta rebasarme. Desde entonces he avanzado sigilosamente por varias carreras, pistas y parques. Si alguien me lo hubiera dicho hace cinco años cuando el sofá y yo teníamos un romance perfecto, no lo hubiera creído. Me gustaba caminar, pero correr no lo hacía ni en defensa propia, mucho menos correr 12 kilómetros sin parar por puro gusto. A mi velocidad (que hoy es mayor a la de las ardillas de ese lugar) he mejorado, pero sobre todo he confirmado que echándole ganas, tarde o temprano se ven resultados. ¡Hoy voy por 15 kilómetros!

camescua7@hotmail.com

Twitter: @Carmen_Amescua