Distribución del ingreso e impuestos

Derrotero Económico

Por Ma. Mercedes Muñoz

En estos días se ha estado discutiendo mucho sobre la equidad de los impuestos e ingreso. Primero habría que entender que es equidad, se podría entender que equidad es una igualdad de oportunidades y la ausencia de privación de beneficios. Por ejemplo, no sería equitativo que por haber nacido en Chiapas tuviera menos oportunidades que si hubiera nacido en el Distrito Federal. Al existir desigualdades se genera la inequidad y ahí la intervención del Estado se vuelve fundamental, ya que implica reducir las desigualdades sociales.

Uno de los elementos más importantes de dicha equidad se refiere a la distribución de ingreso. Hasta ahora se ha planteado que la distribución del ingreso previa a la intervención del Estado es determinada por: a) talento individual; b) la herencia de la riqueza tangible y material, c) la herencia de capital humano; d) las normas y costumbres sociales; e) las políticas públicas pasadas; f) la madurez y dinamismo del mercado de trabajo el cual permite en cierta forma hablar de la movilidad social; entre otros.

Referido a esta desigualdad, uno de los indicadores preferidos es el coeficiente de Gini (donde un valor cercano a cero implica más igualdad y uno cercano a 1 indicaría una mayor desigualdad), en este caso, México para la década de los 80 llegó a contabilizarse un coeficiente de Gini superior a 0.54, y fue hasta el año 2008 que logró bajar este valor a 0.48. Para el año 2010, de acuerdo a un artículo de la Cepal (González y Martner, 2012) el valor no se ha modificado. Eso coloca a México, como uno de los países más desiguales, situación más difícil de entender por el tamaño de economía y por pertenecer a la OCDE (el club de los países ricos).

Para poder reducir más el valor del coeficiente de Gini se requiere la intervención del Estado, a través de la política fiscal (estructura y nivel de impuestos así como la política de gasto) y de política pública más inclusiva.

En cuanto a la política impositiva se tiene que México es el país de la OCDE con el menor porcentaje de recaudación de impuestos, alrededor de 19% del PIB (en comparación con otras naciones ricas que capturan 40% o más del PIB) para el año 2011. Esta baja recaudación obedece principalmente a dos factores: la informalidad del mercado (alrededor del 60% de los mexicanos no pagan impuestos) y a la complejidad para pagar y recaudar impuestos.

Dentro de las actuales propuestas de reforma fiscal se propone generalizar el IVA a medicamentos y alimentos; pero eso tiene diversas aristas, es obvio que el gobierno está tratando de captar más ingresos vía el impuesto al IVA, y se ha estado discutiendo mucho si este impuesto es progresivo regresivo, debido a los impactos que tendría en las decisiones de compra de las personas con un bajo nivel de ingreso. Sin embargo, considero que antes de ver en dónde subimos y en cómo se suben los impuestos, la reforma fiscal (vital para la distribución del ingreso y crecimiento del país) debería estar analizándose lo siguiente: a) cómo ampliar la base, es decir integrar a la informalidad y que no sea sólo considerando un impuesto al consumo; b) como simplificar de fondo el pago y recaudación de impuestos y c) ligada con la anterior, cómo lograr que la evasión y elusión de impuestos ya no se siga presentando.

Finalmente, una vez que se reform la política impositiva, revisar el esquema del gasto del gobierno para que éste sea más eficaz y eficiente en lograr que se mejoren los niveles de bienestar, generando mayores oportunidades de desarrollo para las personas y así lograr abatir la inequidad social.

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