El apocalipsis de la Ciudad de México

El apocalipsis de la Ciudad de México
Por:
  • guillermo_vazquez_handall

El asunto no se trata de relacionar la situación con profecías, la realidad es que la Ciudad de México atraviesa y enfrenta un reto fundamental para su viabilidad, uno de los más grandes de su larga historia, lo es para su presente, pero sobre todo para su futuro.

La contingencia ambiental es el resultado de muchos factores, sin embargo su nivel es ya tan grave, que no es posible seguir discutiendo respecto de la percepción ciudadana para tomar medidas emergentes, con un criterio de resolución inmediatista, cuando lo que esta de por medio es una asignatura de sobrevivencia.

A casi nadie han gustado las primeras determinaciones oficiales para paliar la crisis, específicamente hablando del endurecimiento del programa “Hoy No Circula”.

El problema tiene que ver con que aparentemente se atenta contra la comodidad, las costumbres que son muchas de ellas, causa del efecto y que de por medio no se observa una posición digamos pareja.

Sobre todo porque hay que reconocer que estas primeras acciones, no son ni siquiera parte de una solución integral, que lo que hay que hacer tendrá que ser todavía mas drástico.

Esto porque mientras se exige a los particulares no utilizar sus vehículos automotores, las unidades del transporte publico que de manera evidente son las que mas contaminan, no son revisadas y mucho menos consignadas.

Sin omitir la corrupción de los centros de verificación, para muchos sectores de la sociedad de la capital del país, existe una incongruencia manifiesta, cuando por un lado se exige imponer orden para unos, pero no para todos.

Pero mas allá de percepciones segmentadas, de la evaluación de los costos políticos, lo que la autoridad debería hacer por principio de cuentas, es presentar una evaluación real del daño que en este momento causa la contingencia y explicar hasta que grado puede llegar en el corto plazo.

Solo así, podrán entenderse y justificarse, situaciones, estrategias y soluciones, bajo un precepto mediante el cual, lo que predomine sea el interés superior.

Para empezar a tomar conciencia de los hechos, hay que apuntar que según las propias autoridades, en el ultimo año han fallecido alrededor de 22 mil personas como consecuencia de la contaminación ambiental en la Ciudad de Mexico.

Este parámetro sugiere que la principal causa de decesos en esa región del país, es nada mas y nada menos que la propia contaminación, por encima de fenómenos como la violencia o las enfermedades que normalmente ubicamos como las mas graves.

Con esa información, el análisis exige en consecuencia la presentación de una evaluación genuina, que sea por si misma la esencia de la ruta de acción necesaria y urgente.

No hay lugar a dudas, las determinaciones para frenar el avance actual de la contaminación, tendrán que ser mucho mas radicales, pero también tendrán que ser permanentes.

A la sociedad le corresponde no solo comprender la importancia de las circunstancias y sus implicaciones, adicionalmente formar parte de esos remedios, aun y cuando eso implique una profunda transformación de costumbres, establecer un nuevo esquema de convivencia colectivo.

Porque esto no se va a resolver nada mas con el que dejen de circular un millón de vehículos diariamente, los factores que inciden son muchas y muy diversos y al final de cuentas todo remite a lo mismo, la necesidad de imponer el orden.

Afortunadamente y eso hay que reconocerlo en toda su dimensión, quien hoy encabeza el grupo de expertos consultados por el gobierno, es el doctor Mario Molina nuestro Premio Nobel de Química, considerado como uno de los científicos mas versados en el tema ambiental en todo el orbe.

Independientemente de su prestigio, Mario Molina se ha dedicado desde hace muchos años a estudiar el fenómeno, sus propuestas no solo se fundamentan en el aspecto científico.

El doctor Molina expone ejemplos, en los que el mismo ha participado e incluso dirigido, que han resultado exitosos en otras grandes ciudades del mundo, en la suma de estos esfuerzos existe una gran posibilidad de encontrar un esquema que sea viable para la Ciudad de México.

Naturalmente para ello se requiere primero voluntad política de la autoridad, visión de largo plazo, un liderazgo que no se condicione en lo electoral, porque no hay otra forma, la actitud tiene que ser restrictiva en muchos aspectos.

Porque estamos hablando de combatir la contaminación, pero también es un tema de salud publica y calidad de vida, que infiere que hay que reorganizar de fondo la forma de vida en la ciudad mas poblada de nuestro país.

Eso evidentemente tendrá impactos inmediatos en la movilidad, en el aspecto económico y social, que en todo caso y si estos representaran un sacrificio, sin duda también serán los parámetros para la solución.

Cuando uno escucha al doctor Molina, llama la atención su entusiasmo, su optimismo, tanto porque si existen las soluciones, como por la percepción que el mismo tiene de la voluntad política positiva de la autoridad.

Pero a pesar de esa coyuntura, en el corto, mediano y largo plazo, lo que resulta imprescindible es el endurecimiento de las estrategias, como de igual forma lo será la participación social.

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