Emprender el vuelo

Razones Financieras

Por Daniel Calleja Pinedo

En el mundo, la industria aeroespacial es una de las más dinámicas. En México, se está registrando un crecimiento –que continuará en ascenso– como resultado de las acciones coordinadas de la iniciativa privada, academia y gobierno.

Después de la crisis del sector, cuando quebraron ocho aerolíneas (entre 2007 y 2012), se registró en 2013 un repunte importante. De acuerdo con el reporte Global Aerospace & Defense Industry, de la consultora internacional Deloitte, se espera que en 2016 el valor de la industria aeroespacial y de defensa global alcance los 238.7 miles de millones de dólares. En nuestro país, de acuerdo a la Presidencia de la República, la industria ha tenido un crecimiento promedio de 20% al año.

Sin duda, estas cifras demuestran el dinamismo del sector, y permiten generar acciones para aprovechar la oportunidad en inversiones que permitan detonar el crecimiento de la economía.

En este sentido, cabe mencionar que México ha forjado su vocación como un centro de manufactura (es el más competitivo en costos), ingeniería y desarrollo para la industria aeroespacial. A esto se suma la proximidad con Estados Unidos, del cual nuestro país es el sexto proveedor, por lo que estamos en el momento idóneo para hacer de este sector, la insignia de la República Mexicana, como ya es en Baja California, Chihuahua, Sonora y Querétaro, entre otros estados.

El desarrollo de los clusters (concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular), es un modelo industrial que facilita el equipamiento, la atracción de inversiones y la integración de cadenas de valor y el estado de Querétaro se ha distinguido por ello, al haberse consolidado como un punto estratégico de la industria aeroespacial en el mundo, gracias a la fuerte inversión que ha captado en los últimos años, resultado de la coordinación entre gobierno y sector industrial, lo cual dio origen a la Universidad Aeronáutica en Querétaro y a la construcción del Laboratorio de Pruebas y Tecnologías Aeronáuticas (Labta).

Otra de las cartas fuertes es el Acuerdo Bilateral de Seguridad Aérea firmado con la Agencia de Administración Federal de EU, el cual reconoce los sistemas de certificación aeronáutica y los productos hechos en México.

Por ello, muchas empresas internacionales, como Bombardier, Grupo Safran, Honeywell y Eurocopter, han encontrado en nuestro país las condiciones más propicias para desarrollar sus centros de ingeniería, laboratorios y líneas de producción.

Es por todo ello que se hace un llamado a atender los retos, que van más allá de la excelencia operativa. Se espera que durante los próximos 20 años los avances tecnológicos y los nuevos productos cumplan con la capacidad, costo y eficiencia, al tiempo que se aminore el impacto en el medio ambiente y en este sentido, el IMEF considera que el país debe aprovechar la coyuntura para incentivar su economía y proyectarse como terreno fértil para las inversiones extranjeras.

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