George Clooney en lugar de Jorge Negrete

En las investigaciones de mercado que realizan las principales agencias de México y Latinoamérica hay un interés particular por los segmentos emergentes: Grey Market (consumidor mayor de 50 años), Pink Market (consumidor gay), DINK (Double Income/No Kids: parejas que no tienen hijos), entre otros.

Asimismo, la porción de mercado representada por mujeres es ampliamente analizada por el poder de decisión y la extensa oferta de productos dirigidos a ellas. Sin embargo, pocos se han detenido a estudiar el segmento integrado por hombres.

Hasta hace algunas décadas, el poder hegemónico de los hombres en la cultura mexicana era indiscutible: nacer varón garantizaba ser símbolo natural de superioridad. Pero el México de Javier Solís, Jorge Negrete y Pedro Infante se quedó en el pasado.

En 1994 el escritor inglés Mark Simpson empleo el término “metrosexual” para definir a una nueva generación de hombres que no se avergüenzan por ponerse en contacto con su parte femenina: arreglarse las uñas, usar cremas para el cutis y ser el estandarte de las marcas de moda en ropa y accesorios. Sin embargo, este modelo también provocó rechazo entre quienes no están dispuestos a ceder o poner en tela de juicio sus dotes masculinas.

En los últimos años, otro tipo de hombre se definió: el “ubersexual”, caracterizado por ser seguro de sí mismo, masculino, preocupado por su imagen, pero sin exageración, cosmopolita y atractivo para las mujeres; conecta con la parte sensible del género femenino pero no deja de lado su masculinidad. Este “nuevo” hombre busca un mayor equilibrio con la naturaleza, la protege y es más tolerante hacia las nuevas tendencias culturales de oriente: yoga, tai chi, chi gong y otras fuentes de energía naturales. Algunos modelos ya se han hecho emblemáticos de este grupo: Bono (cantante de la banda de Rock U2), el actor George Clooney o el ex presidente Bill Clinton.

Otro grupo, aunque aún no bien definido, pero sin duda existente, es el “retrosexual”; definitivamente éste si extraña los preceptos “machistones” del hombre: dominadores y conquistadores “si no es a la buena, pues es a la mala”. Reacio a la equidad de género, insiste en los símbolos masculinos: desalineado, buen bebedor (mejor dicho, aguantador) y, dominante con las mujeres. Señalado socialmente como “antiguo” y “retrógrada”, no podemos dejar de mencionar que en México abunda.

Actualmente, no podemos hablar de una masculinidad, pero sí de una diversidad de masculinidades que en conjunto se transforman. Lo cierto es que el modelo del hombre duro se aleja del hombre moderno: basta con ver las imágenes publicitarias donde aparece un esposo (sin una mujer al lado) tomando la decisión de compra sobre un electrodoméstico o una crema para el cutis o un shampoo que deja el cabello sedoso y brillante ¿Qué diría Emilio El Indio Fernández si viviera entre nosotros?

hprado@delariva.com.mx

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