Juego conceptual y lúdico de Endimión

Juego conceptual y lúdico de Endimión
Por:
  • larazon

Ernesto Lozano

El maestro Manuel Marín está presenta desde el pasado jueves, en el Museo Nacional de San Carlos, la exposición Las Noches de Endimión, un juego lúdico y conceptual, donde las dos obras que muestra se pueden transformar, asumiendo el concepto de tiempo en la medida que se va permutando.

Al modificase la obra cada semana, va generando una pintura diferente, transformándose en sí misma, aunque sea la misma obra. Lo que permite crear un elemento adicional, pues se trabajan las dos pinturas que no están en la pieza objetivamente. Cabe el señalar que la parte de lectura y juego que las piezas estrictamente hablando, no tienen. Los cambios o permutaciones que se generan cada semana no son aleatorios, están estrictamente regulados, se registran en fotografías que se mostraran al lado de cada uno de los dos cuadros.

El políptico que presenta Marín está trabajado en óleo sobre pequeñas telas montadas en bastidores de madera, que le da la rigidez y después sobre un tambor hasta conformar las dos piezas que permuta del día a la noche y viceversa, cada semana.

La Razón conversó con este creativo y entusiasta artista plástico.

¿Quién es Manuel Marín? Uno no se conoce a sí mismo, pero te puedo decir que soy una persona que desde joven tuve el gusto, el interés por las artes plásticas y en general por todo lo visible. Soy un individuo que se ha pasado la vida viendo, tocando y tratando de buscar que con la vista se entiendan las cosas.

¿Qué haces en la actualidad? Ahorita estoy preparando un curso sobre la música y la visualidad; me doy cuenta al preparar esto que todo lo refiero a una música, a lo visible, tanto a las obras plásticas como a las cosas que vemos, y hasta por las cosas que tocamos. Acabo de presentar un libro donde abordo una serie de reflexiones sobre la mirada, donde tomo dentro de las artes plásticas a la pintura para tocar las diferentes formas de ver un cuadro y también, metafóricamente, que estos cuadros nos vean. No es lo mismo que yo vea a Rubens o a Rembrandt; pero es más, no es lo mismo que Rembrandt me mire a mí como lo estoy viendo, son juegos que utilizo para tratar de analizar, o de proponer o proyectar una forma de pensar la mirada. También continúo mi incursión en la academia, pues desde que salí de la Escuela de Artes Plásticas La Esmeralda estoy impartiendo clases. Es una forma que tengo para aprender, desde el momento en que tratamos de enseñar algún concepto, algún momento de la historia, alguna técnica, tienes que aprenderla, es un juego doble. He sido maestro desde hace casi treinta años, por lo que puedo afirmar que la enseñanza te enseña, te educa, además te enfrentas como maestro ante “ojos limpios” que tratan de absorber lo que tú propones, ya sean elementos teóricos o prácticos, en ese proceso te preguntan, te exigen, te motivan y hasta te regañan. Esa retroalimentación sirve para ir modelando las formas de enseñar, pero también las formas de entender lo que estás enseñando.

¿Cuéntenos maestro, sobre las dos piezas que integran Las Noches de Endimión que está presentando en el Museo Nacional de San Carlos? Son dos grandes pinturas. Cada una de ellas está formada por 28 pinturas pequeñas, de 25 x 30 cm, conformando como una especie de mosaico. Lo que hice en esta exposición fue poner los dos cuadros, uno junto al otro. Cada semana irán permutando los pequeños fragmentos, las pequeñas pinturas de uno a otro y viceversa; se irán interrelacionando las dos partes, intentando hacer un juego referencial del paso de la noche al día y del día a la noche.

¿Cómo resolvió plásticamente estas obras? Una de las obras está resuelta solo en blancos y negros, el otro en una amplia gama de colores. Una es completamente la noche y la otra el día, en la medida que los voy intercalando, el día se va haciendo la noche y la noche día.

¿Qué le inspiró este manejo lúdico en su obra? La motivación fue un mito de la Grecia clásica, Endimión fue un pastor griego que un día se enamora de la luna; se queda dormido este pastor en el monte, la luna lo ve y se enamora de él, a distancia, un amor imposible, platónico. Con este juego, en la medida que la pintura se va haciendo día, va desapareciendo el objeto amoroso, y durante la noche aparece de nuevo la luna; un juego curioso, me enamoro cuando no estoy en vigilia, y la luna se enamora de mi cuando no puedo verla. He trabajado algunos otros mitos griegos, siempre he tenido interés por estos temas, las culturas occidentales están permeadas por la conciencia y el pensamiento griego. En los mitos griegos están representados de forma esquemática, pero muy limpia todas las posiciones, deseos y sensaciones primarias que nos llevan a definir las pasiones y sentimientos, como los mitos de la transformaciones y las metamorfosis, sensaciones de cómo uno, frente a la pasión, al sentimiento, frente a la potencia vital, sentimos que nos transformamos en árbol, en piedra, en agua, por la enorme capacidad de imaginar y encarnar las pasiones humanas consignadas en las cosas que vemos.

¿Dónde más podemos ver ahorita, obras del maestro Manuel Marín? Ahorita estoy exhibiendo una obra en el Museo del Chopo dentro del proyecto AKASO, es una obra de muy grande formato; también en la Galería del Centro Cultural Indianilla estoy mostrando una serie de dibujos a lápiz, en papel tamaño carta, con el mismo tema de Las Noches de Endimión.

¿Cómo es su proceso creativo? Cada proyecto tiene su propio sistema, aunque todos tienen en mi caso un detonante literario, ya sea un mito, una novela, una poesía, un cuento, una película, que me motive a tratar de entenderlo de forma visual. Así comienzo a trabajar una primera etapa que me lleva a realizar dibujos que me permiten verter el tema, como estructurar la forma. En el caso de Las Noches de Endimión, sentí la necesidad de mostrar el juego entre el día y la noche, lo que es parte de la sustancia oculta en el mito. No realicé una referencia directa a las partes del mito, más bien a las sensaciones del mito. Así comencé a trabajar pequeños cuadros del día y otros de la noche La siguiente etapa es conformar el proyecto, así comprendí que lo que buscaba era un cuadro del día y otro de la noche, con el juego adicional que ambos se pueden transformar. Para resumir te comento que primero hay un estímulo externo a la pintura, que puede ser literario o vital, después vendría la búsqueda de las soluciones prácticas, pragmáticas o material del proyecto, y en un momento dado está una especie de conclusión para hacerlo presente.

¿De quién se siente cercano el maestro Manuel Marín en la plástica? De los maestros directos que me enseñaron en la escuela, Benito Messeguer y Gilberto Aceves Navarro. Me siento cercano a artistas españoles como Picasso y Miró, ellos me formaron, pero en la historia del arte he de mencionar a Rubens y a Rembrandt que me han llenado de visualidad.

http://ernestolozano.artelista.com

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