La buena noticia: los peones

La buena noticia: los peones
Por:
  • larazon

Francisco Calleja

Pareciera que las decisiones que influyen en las finanzas las toman sólo los directivos, cuando en realidad muchas cosas suceden en la línea de atención al público, por empleados que están al final del organigrama.

Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, quienes se encargan del contacto con el público son la imagen de la empresa y una mala decisión puede causar pérdidas, financieramente hablando.

Un error del cajero automático obliga a seguir una secuencia de trámites desesperantes, tanto más si la encargada del asunto rehúye precisar cuándo se resolverá el problema, pero es la empleada de menor rango, la que entra al rescate, la que aclara, la que da un número telefónico para evitarnos molestias y la que finalmente contribuye a la solución.

Una persona que atiende en un mostrador es más eficiente que sus compañeros, al detectarlo acudimos a ella siempre y nuestras compras son más rápidas y mejores, ya que incluso se toma el tiempo para hacernos una sugerencia de ahorro, invaluable en estos tiempos. Gracias a ella preferimos esa sucursal de la empresa.

La asistente del jefe que es quien verdaderamente resuelve los problemas de la oficina con discreción, rapidez y una sonrisa, evitándonos hablar con quien no contesta nuestros correos electrónicos porque no sabe aclarar dudas y tiene un miedo absoluto a reconocer un error o decir no.

Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia que tiene la ética como un contenido importante de todo estudio, pero aquí se trata de una ética práctica que empieza por hacer bien el trabajo encomendado.

El mundo cambia en muchos aspectos pero en algunos esenciales no y lo confirmo cuando veo estudiantes de contabilidad tratando de seguir el buen ejemplo, esforzándose e incluso realizando un segundo esfuerzo, haciendo una tarea que les ocupará tiempo que otros dedican a la diversión. La profesión contable es especialmente adecuada para esforzarse, el contador debe dedicar al trabajo más tiempo que otros profesionales de la empresa, pero debe estar atento a provocar que todos se apropien de esa ética básica del trabajo bien hecho.

Arturo Pérez-Reverte nos da una idea muy sencilla: “Siempre nos preocupamos por darle soporte religioso, social y de otro tipo a la ética, cuando en realidad se trata tan sólo de darnos cuenta que estamos dando una batalla diaria, solos como el peón del ajedrez en su casilla y no tiene que importarnos lo que está sucediendo a nuestro alrededor, no necesitamos pensar en el ejemplo que da el rey o la reina, ni afecta que el alfil y el caballo hayan llegado a un acuerdo turbio o que la torre decida entregar el campo al enemigo o que otro peón esté mejor preparado que nosotros. Cada quien debe encontrar en sí mismo la fuerza para el trabajo digno y para comprometerse con la ética. En el tablero todavía hay peones capaces de jugar el juego de la vida con dignidad y con vergüenza”.

Felicidades para quienes así lo hacen y nos inspiran.

francisco.calleja52@gmail.com