Las cifras en el deporte

Las cifras en el deporte
Por:
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Francisco Calleja

Las cifras en general, incluidas las financieras, tienen uso en los deportes. En días de Juegos Olímpicos es interesante analizarlas. Pero no se trata sólo de cifras, sino de los razonamientos respecto a ellas. Los contadores, a final de cuentas expertos en números, decimos que la cifra fría no dice nada, debemos contextualizarla para que adquiera significado.

Constantemente se utilizan cifras que, en realidad, no dicen nada o que pueden llegar a decir lo contrario de lo que se pretende. Es curioso preguntarse, por ejemplo, de qué sirve que todos los noticieros tengan una sección financiera en la que se informa diariamente cómo cerró la bolsa y las cotizaciones del dólar y ahora del euro, cuando para la mayoría ese dato no se entiende y menos se usa, a pesar de que se agregue que subió o bajó uno por ciento, sin aclarar si es mucho o poco. Del mismo modo, las mismas cifras deportivas se dan fuera de un contexto e informan poco, además de ser un tanto imprecisas.

La revista Forbes dio recientemente el dato de los deportistas mejor pagados y la nota no informa cuánto se debe a salario y cuánto a publicidad, en cuantas actividades y de qué duración se ha necesitado emplear cada uno para ganar ese salario. Por poner un ejemplo sencillo, cuántas horas ha tenido que jugar Roger Federer para ser el único tenista entre los diez deportistas mejor pagados y cuantas, en cambio, practicaron formalmente el golf Tiger Woods y Phil Mickel son para estar en la misma lista. Eso nos daría un salario por hora que serviría más. Si conociéramos la proporción entre salario y publicidad, sabríamos también si son mejores promotores o deportistas. Igualmente decir que el equipo de futbol Manchester United es el más valioso del mundo dice poco si no lo comparamos con victorias o con inversión, por ejemplo.

 En el caso de las Olimpiadas recordamos que México obtuvo la primera medalla de bronce en 1936, la primera de plata en 1932 y la primera de oro en 1948, que obtuvo 9 medallas en 1968 y que se han obtenido un total de 54. Pero no analizamos qué delegación ha sido la más eficiente, la que porcentualmente nos dio más medallas y el resultado es un poco sorprendente.

El dato de cuántas medallas se obtienen es interesante, pero el contexto de cuál ha sido el costo de obtenerlas o de qué tantos atletas fueron a una Olimpiada y cuántos obtuvieron medallas, nos permitiría un análisis más profundo. Lamentablemente algunos comentaristas ya hablan de que el atleta compite contra sí mismo y que la obtención de medallas no importa, pero ¿no sería momento de pensar en la eficiencia de nuestras delegaciones olímpicas y el costo de las mismas?

La ilustración nos señala que en cinco participaciones con delegaciones pequeñas de un total de veinte asistencias a estos eventos, se obtuvieron 22 de las 54 medallas, es decir, en el 25 por ciento de las participaciones se obtuvieron 41 por ciento de las medallas. Concluiríamos que es mejor una delegación pequeña pero productiva.

francisco.calleja52@gmail.com