Libre, taxi, libre, taxi (Pérez Prado dixit)

Libre, taxi, libre, taxi (Pérez Prado dixit)
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Un impedimento físico transitorio me impide ponerme al volante, lo cual en esta megalópolis se agradece. Quedo en manos de taxistas, gremio atento al acontecer cotidiano y pródigo en información, experiencias y pareceres, algunos de los cuales doy a conocer.

1. El político. Está enterado de quienes son los aspirantes a triunfar el primer domingo de julio de 2018 y juzga con dureza a todos. Repasa el panorama desde Lomas Taurinas a la fecha y no deja títere con cabeza, dando razones claras en cada caso. Trabajó en empresa fabricante de autopartes.

2. El economista. Cuando le pido llevarme al cuadrante de San Francisco, me comenta que él estudio la primaria en la escuela ubicada en el fondo del barrio. Pudo cursar Economía en la UNAM y en el camino me muestra el edificio en donde estuvo la empresa de Alfonso Romo en la cual trabajó, refiriéndose a su antiguo patrón con gratitud y reconocimiento, sin manifestar interés por su actual desempeño.

3. El vecino de Coyoacán. Nació en el barrio de San Lucas, localizado a espaldas de la escuela en donde hice quinto y sexto. Coincidimos en nuestro juicio acerca del cambio desordenado de la antigua villa y nos quejamos de la falta de respeto por elementos simbólicos. Tal es el caso de las estaciones del tranvía General Anaya-San Ángel, de las cuales sólo se conserva la estructura de una en la calle de Francisco Sosa. Las otras, en Avenida Hidalgo, fueron borradas para dar paso a giros comerciales.

4. El provinciano. Llego de Guerrero hace tres años y sigue en el eterno aprendizaje de esta urbe, a la que todos los días parecen brotarle nuevas calles. Extraña el calor seco de su natal Iguala, pero encuentra que las oportunidades están aquí. Llama mi atención que no se refiera a la violencia que reina en su terruño y sólo destaque su interés en darle lo mejor a su esposa e hijos, sin descartar el regreso.

5. El aficionado. Larga charla futbolera incluyendo sus andanzas y las de su hijo mayor como amateurs. Establece la comparación entre el desinteresado juego llanero y la codicia que domina la vertiente profesional. Habla con entusiasmo de sus jugadores favoritos a lo largo del tiempo y guarda respetuoso silencio cuando me explayo sobre el Atlas de fines de los cuarenta o sobre la alineación del Zacatepec en los cincuenta. Me percato que estoy abusando de mi ventaja en el calendario.

6. El migrante. Se fue a los yunaites sin papeles y estuvo allá 17 años, trabajando como carguashero (lavacoches), jardinero, albañil, limpiador de casas y oficinas y algo más. Entró subrepticiamente en 19 ocasiones y fue expulsado otras tantas. Secuestrado en el lado mexicano, pagó el rescate con la mayor parte de sus ahorros. Dejo atrás esposa e hijos, que ahora son dreamers.

De seguir así adquiriré saber enciclopédico.

alcazaravila@gmail.com