Nuestros muertos

Nuestros muertos
Por:
  • larazon

Javier Solórzano Zinser

La compleja relación que se ha establecido entre autoridades del orden y ciudadanos nos ha llevado a perder de vista lo que significa que pierdan la vida soldados, marinos o policías.

Quizá en ciertos sectores haya conciencia de ello, al fin y al cabo son las autoridades del orden y son parte del pueblo, en función de las condiciones económicas y sociales en que viven. Sin embargo, se han perdido la sensibilidad y la solidaridad debido a una serie de estereotipos sobre el papel de quienes se encargan del orden en la sociedad.

En el lugar común se les ubica como parte de los gobiernos y se les juzga como tales. Se pierde de vista la función que cumplen y para lo que existen. Si los gobiernos no cumplen con sus obligaciones no quiere decir que quienes día a día están en las calles o luchando contra la delincuencia organizada tengan que cargar con todo lo que es susceptible de crítica hacia los cuerpos de seguridad.

Hace algunas semanas, con motivo de la emboscada de 15 federales en una carretera con rumbo a Puerto Vallarta por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, se dio a conocer una interesante y atendible carta de familiares y amigos de los fallecidos.

En la misiva hacían ver cómo se había perdido la capacidad de asombro en la sociedad. Ante la muerte violenta de policías, soldados o marinos no había reacción, no había solidaridad ni nada que pudiera socialmente acompañar a las familias de quienes perdieron la vida en defensa de las instituciones y de la sociedad misma. Se produce un vacío en el que pareciera que para la sociedad sólo algunas muertes cuentan.

Tienen razón. Se pasa a segundo plano que hombres y mujeres, quienes defienden y protegen a la sociedad, por más que las instituciones que representan merezcan la crítica, pierden la vida en su trabajo. Familias, amigos y amigas, de ellos y ellas, saben que no existe certidumbre alguna de que puedan regresar a sus casas, y más quienes están destacados en la lucha contra todas las expresiones de la delincuencia organizada.

Es atendible la crítica sobre el papel de las fuerzas armadas, pero no perdamos de vista lo que pasa en la vida diaria de soldados, marinos y policías y su entorno familiar y personal. El derribamiento del helicóptero de las fuerzas armadas es muestra de lo que pasa y de lo que viene. Muchas familias quedan huérfanas y pareciera que no nos damos cuenta de ello.

La muerte violenta como forma de vida nos ha desensibilizado. Que no se pase por alto que los 15 muertos de la emboscada, los muertos del derribamiento del helicóptero y todo lo que a diario sucede, Ayotzinapa, Tlatlaya y Apatzingán, son la cara más dolorosa de nuestra sociedad; la solidaridad es con unos y con otros.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

* Cárdenas fue constructor del PRD. AMLO, desde que ingresó al partido, después de la elección del 88, cuando era del PRI, trató sólo de ser interlocutor con el poder: Marco Rascón, fundador del PRD.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano