Por qué dejé Goldman Sachs

Francisco Calleja

Un ejecutivo del banco Goldman Sachs, de nombre Greg Smith renunció a su puesto el pasado 14 de marzo e hizo público en un pequeño texto, publicado en The New York Times, los motivos para dejar tan importante organización financiera. La acusa de haber puesto a un lado el interés del cliente y de preocuparse sólo por la obtención de ganancias, de haberse transformado desfavorablemente durante los 12 años que él estuvo trabajando allí.

Menciona un deterioro grave de la cultura de la organización, cuyos elementos básicos eran el trabajo en equipo, la integridad, la humildad y la defensa de los derechos de los clientes. Expresa la opinión de que fue precisamente esa cultura la que le había ganado al banco la confianza del público durante sus 143 años de existencia.

Vio cambiar el criterio de ayudar a los clientes aun a costa de provocar pérdidas a la empresa, hacia el criterio de obtener utilidades por encima de los clientes. No importa si lo que se les vende es bueno o malo para ellos, sólo importa que produzca ganancias a la empresa. Al mismo tiempo sintió que ya no era un sitio en que las ideas fueran un elemento importante del liderazgo y que quien generaba ganancias escalaba puestos, no importando cómo las obtenía y su carencia de ideas.

Afirma que la empresa se ha vuelto experta en atajos y no en logros.

Atribuye a los directivos actuales el haber perdido como objetivo la cultura de la empresa y cree que la falta de principios morales cuestiona la posibilidad de supervivencia a largo plazo de la organización.

Señala que ya no tiene el orgullo de trabajar allí ni cree en lainstitución. Dramáticamente concluye que no pudo continuar colaborando cuando se dio cuenta que le era imposible mirar a los ojos de aquellos candidatos que entrevistaba y decirles que ése era un gran sitio para trabajar.

 Por supuesto, la carta ha generado cientos de comentarios en Internet, apoyos y hasta burlas. Los directivos de Goldman Sachs han contestado con una carta llena de lugares comunes, como que la opinión de un individuo no refleja la de miles de trabajadores, que la empresa ha sido considerada de los mejores sitios para trabajar en los últimos años y que es una empresa exitosa y sólida.

Como puede verse en la gráfica, los resultados de la organización no son precisamente buenos en los últimos tres años; la baja en la rentabilidad, entendiéndola como el resultado de dividir la utilidad entre el capital contable al que se le ha restado dicha utilidad, muestra una tendencia preocupante. Pero más allá de los números, es claro que algo anda mal dentro de la organización cuando sucede una declaración de este tipo y cuando la respuesta de los ejecutivos es tan poco convincente. Finalmente parece comprobarnos que buscar las utilidades por las utilidades mismas, no da los resultados esperados.

¿Y usted, estimado lector, firmaría una carta semejante si pudiera dejar hoy la empresa en la que trabaja?

francisco.ceballos@mercadolibre.com.mx

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