Portillo trata en paint-comic la falta de política cultural

Portillo trata en paint-comic la falta de política cultural
Por:
  • larazon

Ernesto Lozano

A través de la muestra Las arte aventuras de Agustín Portillo, el pintor mexicano genera una experiencia estética a través de una serie de pinturas que él llama paint-comic, ofreciéndonos una singular historia en 17 óleos sobre tela de diferentes formatos. Su obra se puede apreciar hasta el próximo 31 de agosto en la Galería, Planta Alta, del Centro Cultural Casa Lamm, en Álvaro Obregón número 99, en la Colonia Roma.

Agustín denuncia en esta serie el juego de poder en el mercado del arte en México, a través de historias autobiográficas, donde el espectador se adentra en una especie de diario divertido, llamativo, no cansado del artista. Portillo utiliza como hilo conductor de sus historias el color negro, pero de una manera singular, casi no lo combina con el gris, sino que lo va utilizando con otras tonalidades como el azul verdoso, el café rojizo, el morado, el amarillo, el magenta, entre otros. Es también llamativo para los visitantes, el diálogo, el lenguaje con las manos de los protagonistas de la historia, donde se puede fácilmente leer cada una de las expresiones que el autor desea transmitir.

Dice Magali Tercero que “Portillo expresa con elocuencia sus desacuerdos con la grilla en el mundo del arte. Porque es necesario decirlo, grilla hay tanto del lado de los llamados conceptuales como de los partidarios de la pintura. Por fortuna, a Portillo no le preocupa adherirse a ningún bando. Le interesa reír y transformar la situación en una historieta que cuenta el desprecio que la pintura sufre ahora que no está de moda”.

Agustín Portillo está cierto que el arte conceptual que está de moda, no es basura, pero que la pintura no ha dado de sí, que simplemente hay buena obra o mala obra.

La Razón conversó en exclusiva con el artista, quien se reconoce influenciado por el expresionismo y el Pop Art.

¿Qué te motivó a ser un artista plástico exiliado? Después de haber esperado el cambio con Vicente Fox y haber tenido tres encuentros con Sari Bermúdez —presidenta de CONACULTA en ese momento—, entendí que en materia de cultura el cambio había sido una mentira. Convoqué a una reunión con la prensa en Arenal 40. Ahí, escribo con aerosol: ‘FOX MENTIROSO’. Eso trajo como consecuencia mi arresto. Sin embargo, al no levantar cargos contra mí, Sari, me liberan. Entonces me llaman de Presidencia y canalizan mi caso a Relaciones Exteriores, esta institución me “invita” a salir del país, por lo que me refugio en Chicago. En ese entonces fui sometido a una enorme campaña de desprestigio: tuwve las puertas cerradas en instituciones, no se me permitió crecer curricularmente, todo esto me llevó a una situación económica terrible. Cuando en tu país te dicen que no te quieren, te “invitan” a irte, lo tienes que asumir como la única y mejor opción.

¿Cómo fue tu vida artistica en Chicago? Me reciben en agosto del 2001 y me dan el reconocimiento que se me había negado en México. En Chicago surge mi serie América, que creo a partir de las fotos que veo en las revistas de sociales, en internet y en los periódicos, estas imágenes me las apropio y las deconstruyo para distorsionar la figura que será una constante en las series que trabajé.

¿Por qué tienes que regresar a México? A los cuatro años, después de haber sido invitado a exponer en varios recintos e integrando mi obra las colecciones de varios museos de los Estados Unidos, viajo a México por 15 días en septiembre del 2005. A mi regreso a Estados Unidos me detienen en el aeropuerto y me dicen las autoridades migratorias de ese país que yo como pintor mexicano puedo ser un criminal, que no les interesa mi cultura, que no les interesa como los estaba pintando, por lo que ejercen una deportación de cinco años. Regreso de nuevo a México, esta vez deportado.

Recibí ante esta acción de las autoridades migratorias estadounidenses muestras de apoyo de Carlos Tortolero, director del National Museum of Mexican Art, de la Congresista Jam Schakowksy y del entonces Senador Barack Obama. Se hizo un movimiento solidario conmigo que se traduce en el respeto que mi obra había adquirido en Chicago..

¿Cómo surge entonces tu serie México? Utilizando la misma dinámica que en Estados Unidos, apropiándome de imágenes de las revistas de sociales, entre otros medios; asumiendo personajes, celebridades, empresarios, gente poderosa, en fin, distorsiono y deformo esas imágenes, así surge la serie.

¿Qué relatas en tu historia Las arte aventuras de Agustín Portillo que estás presentando en Casa Lamm? Todo comienza con una obra en la que aparezco llorando en un parque de la ciudad de México, porque quiero exponer en el Museo de Arte Moderno de México (MAM), y el gobierno me tiene excluido y marginado. Así empieza esta aventura, que no es más que un grito para mostrar cómo está la cultura en México. Me asumo como un cronista visual de mi época, en la que aparecen personajes que conozco o que están inmersos en el mercado del arte, como

Osvaldo Sánchez, el director del MAM, para quien no soy un pintor mexicano representativo y quien no me permitió poner su nombre en mi pieza. Osvaldo mantiene un vínculo con el mercado del arte en México a través de privilegiar unas tres o cuatro galerías, exponer los artistas de estas galerías y legitimarlos con este juego de poder. Aparecen en mi crónica entre otros, personajes como la analista y crítica de arte Blanca González, quien dice que yo debo de entender ‘que los mexicanos no somos competitivos, somos de pena ajena, no hay profesionalismo, todo es oscuro. El Museo de Arte Moderno en México no tiene presencia en el extranjero, saca tu obra del país’, a lo que estamos condenados todos para poder tener un reconocimiento.

¿Cómo fue tu proceso creativo para esta muestra? En esta serie fue un reto, porque siempre vemos como pintores la tela como un todo, aquí el lienzo era de 17 cuadros para poder ir tejiéndolos de uno a otro, aunque ya tenía en mi cabeza la obra estructurada en su totalidad.

¿Existe en México una política cultural de Estado? No. En México no existe una política cultural de Estado. No hay una política cultural definida, donde todos vayamos por el mismo camino, por lo que no tenemos las condiciones para vivir de nuestro trabajo, como sí sucede en otros países como Cuba, China o España, por citar algunos ejemplos. En México no, por eso, por no tener definido el camino sucede que lo que nos queda a muchos artistas es salir, porque no hay una definición. Criticable también es que nuestra comunidad artística e intelectual es apática, no combativa, depende mucho de nosotros que las cosas en la cultura cambien, no podemos seguir preocupados por nuestras becas, tenemos que ejercer presión en las entidades gubernamentales para que las cosas se transformen, estoy seguro que cada vez que uno alza la voz, el Estado está presto a callarte, a bloquearte, pero tenemos que insistir e insistir.

http://ernestolozano.artelista.com

http://blogs.3.80.3.65/deartesvisuales/

Agustín Portillo

México, 1960

Ha realizado exposiciones en el Museo Universitario del Chopo (1992); Koehnline Museum of Art, Des Plaines, Illinois, EU (2005); Museo José Luis Cuevas y el Museo de los Pintores Oaxaqueños (2009).

Su obra de encuentra en colecciones de varios museos e instituciones: CU Art Museum de la Universidad de Colorado; David and Alfred Smart Museum de la Universidad de Chicago; Elmhurst Art Museum; National Hispanic Cultural Center Art Museum, University of New Mexico Art Museum, entre otros.