Prueba superada

David López Cárdenas

El pasado domingo 7 de septiembre se llevó a cabo la elección interna de Congreso Nacional, consejeros nacionales, estatales y municipales del Partido de la Revolución Democrática, con resultados que hasta el momento se han digerido con inusual normalidad entre las diferentes tribus de este partido.

Los berrinches y las desacreditaciones de las instituciones a los que nos tenían acostumbrados los perredistas en esta ocasión quedaron a un lado para dar paso a un proceso de civilidad que nunca se vio durante el tiempo en que López Obrador militó en el PRD.

Recuerdos recientes nos remontan al año 2006, en el que, ante la incapacidad de asumir su derrota, el PRD comandado por López Obrador trasladaba sus frustraciones electorales a las calles y emprendía una campaña de desprestigio en contra del Instituto Federal Electoral.

Ya sin el lastre que representaba la influencia de AMLO, el PRD mostró una cara diferente que denota una mayor madurez política pues incluso, recurrió al órgano que tanto demeritó en épocas anteriores, para organizar y dotar de certeza su proceso interno.

Al día de hoy, aunque los resultados publicados de la elección son preliminares, la tendencia es inobjetable y las tribus, como la de Marcelo Ebrard, que decían tener enorme ascendencia al interior del PRD, quedaron reducidas a simples movimientos aislados.

Contrario a lo que se pensaba, lejos de debilitarse con la salida de liderazgos como el de AMLO, el PRD se vio fortalecido al adoptar como nueva política el apego al marco legal y, tras el proceso de elección interna, su vida institucional tiene probabilidades de reestructurarse.

Queda claro que las actitudes intransigentes de ir en contra de las instituciones desaparecieron cuando López Obrador se separó del PRD y ese distanciamiento debe ser aprovechado por la nueva dirigencia para reinventar un partido severamente fraccionado por la ambición y el egoísmo, ambos heredados por el Peje.

De lo que no queda duda es que, la elección interna del PRD organizada por el Instituto Nacional Electoral sienta un buen precedente de cara a los comicios de 2015, pues un proceso que siempre se había caracterizado por ser accidentado, ahora va transcurriendo sin mayores sobresaltos.

 Punto final... Además de hacer el ridículo en la elección interna del PRD, Marcelo Ebrard ahora enfrenta fuertes señalamientos por el escándalo de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México.

Aquél espejismo de la administración ejemplar que tanto vociferaba comienza a desmoronarse y, en la desesperación de ver cómo su proyecto político se diluye, intenta repartir culpas con Miguel Ángel Mancera, quien ha optado por ignorar sus provocaciones.

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