¿Qué cuentas rinde Peña Nieto?

¿Qué cuentas rinde Peña Nieto?
Por:
  • larazon

Emilio Sánchez Santiago

Algunos que dicen saber de política, afirman que la política es el arte de conciliar lo deseable con lo posible; sin embargo, para otros esa definición es inapropiada porque conduce a satisfacerse haciendo lo mínimo en lugar de lo máximo.

Si todo el mundo se guiara por esa definición, difícilmente se producirían transformaciones estructurales de carácter social, jurídico o económico. Los políticos que alcanzan la cima de su profesión y se convierten en estadistas son aquellos que hacen posible lo que aparenta ser imposible.

Los estadistas son políticos que logran transformar sus países mediante la implantación de cambios profundos y radicales.

México ha tenido estadistas que han transformado el país en su tiempo, y que han legado un mejor país a las siguientes generaciones. Benito Juárez ha sido uno de ellos, al lograr entre otras cosas la separación entre la Iglesia y el Estado, hito que se consideraba imposible en su tiempo, dada la fuerza y la influencia de la Iglesia católica; Lázaro Cárdenas logró expropiar el petróleo de manos extranjeras, en un momento cuando esto resultaba impensable, aparentemente imposible e incluso indeseable para muchos mexicanos de entonces. Cárdenas, al igual que Juárez, no se preguntó que “era posible”, sino que era “indispensable y urgente” para proteger México.

En fechas más recientes destaca sin duda la figura de Carlos Salinas de Gortari, quien logró negociar y firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Ese acto fue el acto de un estadista, no el de un político conformista que se contenta con conciliar “lo deseable con lo posible”.

Salinas utilizó todo su capital político y toda su sapiencia para convencer a las fuerzas políticas nacionales sobre la necesidad urgente, imperiosa e inescapable de integrar a México al bloque comercial de América del Norte.

Ahora nos toca vivir el tiempo de Enrique Peña Nieto, hombre joven de edad pero curtido en los gajes del oficio político; formado en el seno de una escuela política de la que han surgido varios Presidentes de la Republica, varios presidenciables y varios Secretarios de Estado que se han distinguido nacional e internacionalmente. Si hay algo que se puede afirmar respecto a Pena Nieto es que no es improvisado; es un hombre que ha aprendido un oficio desde abajo, peldaño por peldaño, y que se ha nutrido en el conocimiento del poder que solamente el Partido Revolucionario Institucional puede dar.

En este primer año de gobierno, Peña Nieto se ha comportado más como estadista y menos como político. Lo que ha animado al Presidente de la República no es la conciliación de lo deseable con lo político, sino la transformación del marco político, social, económico y jurídico de México.

Hubiera sido mucho más sencillo para EPN restringirse a lo posible y no exponerse al intentar lo que el consenso actual considera como “imposible”; Pena Nieto hubiera tenido un año mucho más fácil de esa manera, y menos riesgoso para su capital político.

Seguramente ha habido gente que aconseja a EPN no intentar tantas reformas en su primer año de gobierno; afortunadamente para México, EPN ha tenido el arrojo, la visión y la voluntad para echar toda la carne al asador en este año, y no ha seguido la trayectoria que siguieron los ahora ex presidentes Fox y Calderón.

Hay quien piensa que este año está resultando fatal para EPN y para México, ya que se han juntado el estancamiento económico, las manifestaciones magisteriales, las protestas de los afectados por los nuevos impuestos propuestos, las lluvias torrenciales que han causado daño a tantas familias, las presiones maquinadas por los opositores al régimen priista, etc. Yo creo que quienes así piensan se equivocan. No hay duda de que cada una de estas dificultades se han dado, y que son importantes. Sin embargo, lo que la historia registrará respecto a este primer año de EPN no serán esas dificultades, sino el esfuerzo para transformar el marco jurídico que rige a México.

Termino estas reflexiones celebrando la conducta de una buena parte de la izquierda mexicana que actuando dentro del marco jurídico ha decidido intervenir, participar, dialogar y, llegado el momento, negociar con las otras fuerzas políticas, en la urgente transformación que nuestro país exige y merece. La postura auto excluyente de antaño ha sido superada y reemplazada por la actuación vigorosa en el proceso legislativo.

emsanchez@prodigy.net.mx