¡Tenemos presidente!

¡Tenemos presidente!
Por:
  • nizar_dana

en Ammán

Por fin y después de dos años y medio, el Líbano tiene presidente. El lunes anterior, el Parlamento libanés voto en favor del general Michel Aoun, de 81 años como jefe de Gobierno y sin ninguna intervención exterior.

Elegir un presidente era urgente para ocupar el puesto vacío desde hace 30 meses y que el pueblo libanés recuperase sus fundamentos de convivencia, compatibilidad e independencia en sus decisiones y al mismo tiempo desilusionar aquellos que esperaban el colapso del Estado.

Los amigos y los enemigos históricos hicieron gala de una responsabilidad enorme cuando manifestaron un consenso profundo y un poder extraordinario al poner a un lado el odio entre ellos. Los cuatro bloques políticos y sectarios más influyentes del país: Hezboallah, enemigo acérrimo del Movimiento del Futuro; las Fuerzas Libanesas, que durante décadas sostuvieron una guerra sangrienta con el general Michel Auon; y el Partido del Progreso Socialista dirigido por Walid Jumblatt (líder de la comunidad Drusa), se pusieron de acuerdo para que sus representantes parlamentarios votaran en favor del nuevo presidente.

El éxito de Michel Aoun es un triunfo libanés. El paso gigante que dio Hezbollah y sus aliados en Teherán y el régimen sirio (el llamado Eje de la Resistencia) y la importante decisión de Saad Al Hariri que, sin aviso previo, anunció su apoyo al general Michel Aoun como candidato presidencial, fueron decisivos. También habría que reconocer que esta victoria no hubiera ocurrido si no fuera por la disminución de la influencia saudita y el temor de las consecuencias de la guerra que vive Siria desde hace más de cinco años, y el peligro que corría la unidad nacional del Líbano y su seguridad.

Dos factores que jugaron un papel importante en estos cambios políticos son la paciencia que tuvo Hezboallah frente las continuas provocaciones por parte de las otras fuerzas lo cual impidió una nueva guerra civil. Así como la decisión del líder del Movimiento del Futuro Saad al Hariri de poner la patria y su identidad nacional por encima de sus negocios con el Reino Saudita, al enterarse de la decisión saudita (no declarada) de cambiar su política en el Líbano y cancelar los apoyos económicos y políticos que ofrecía a sus aliados.

Arabia Saudita está involucrada en las guerras de Yemen, Siria, Irak e indirectamente en contra de Irán. Esto le cuesta tanto que se vio obligada a deshacerse de la carga del Líbano, debido a la disminución de los ingresos del petróleo, y la pérdida de la mayor parte de sus reservas financieras, tanto así que tuvieron la necesidad de recurrir a la austeridad y el endeudamiento de los bancos locales e internacionales para cubrir el déficit en sus presupuestos.

Es irónico que el Líbano haya resuelto sus desafíos inmediatamente después del alejamiento de Al Riad de los asuntos internos de este país. En mi modesta opinión sería una muy buena idea que los sauditas dejaran de meterse en los asuntos de los demás países a ver si se arreglan de una vez…

nizardana.razon@gmail.com

Twitter:@NizarRazon