Un par de lecturas, un escape

Un par de lecturas, un escape
Por:
  • Pacotest

El reposo obligado ensancha las puertas de la lectura y es propicio para la inmersión en dos libros que quizá en otras circunstancias se habrían quedado en espera.

El primero de ellos, El monarca de las sombras, ofrece los resultados de una minuciosa investigación realizada por Javier Cercas, a quien debemos textos como Soldados de Salamina y Anatomía de un instante, imprescindibles para acercarnos a los procesos que definen a la España de hoy. Se trata de un complicado esfuerzo de disciplina, en respuesta al insistente interés de su madre por conocer lo más posible acerca de la vida de un tío de ella que militó en la Falange y murió luchando contra los republicanos.

Para quien se haya asomado a los rescoldos de la cruenta guerra civil española, cuyas heridas no parecen tener trazas de cicatrizar, puede resultar un tanto cuanto contradictorio que alguien, como Cercas, asuma la tarea de rescatar del olvido a un personaje vinculado a una ideología totalmente ajena, incluso claramente contraria a la que él ostenta.

Pero una vez asumido el compromiso, el autor lo lleva hasta sus últimas consecuencias y deja meridianamente establecida la trayectoria vital del tío de su madre hasta su final, en el curso de la cual ese personaje presenta síntomas de decepción por el rumbo que han tomado los acontecimientos políticos y su traducción en una interminable zaga de miserias humanas.

Al finalizar su investigación, Javier Cercas deja abierta la pregunta que suele ser común al juzgar algunas vidas: ¿valió la pena el sacrificio?

En el segundo libro, Patria, de Fernando Arámburu, también ubicado en el escenario español, el autor hace el trazo minucioso de la vida de dos familias entre las que ha privado la amistad, antes de que el entrevero político de la acción de ETA, en busca de la independencia del país vasco, produzca entre ellas un rompimiento brutal, sin que haya habido un enfrentamiento.

Simplemente se trata de la suerte pasiva del jefe de una de las familias, sucumbiendo a la violencia compartida por un miembro de la otra, quien se arroga un papel activo en las reivindicaciones de lo que asume como responsabilidad histórica. La narración minuciosa e inteligente de las vidas de cada uno de los miembros de las dos familias, en cuyo centro estará siempre presente la consecuencia de ese entrevero, en un incesante ir y venir en el tiempo, e incluye el proceso de decepción de quien generó la tragedia. La novela lleva al final a una duda similar a la planteada por Cercas acerca del valor de los sacrificios y sus impactos en el sufrimiento de una comunidad.

Se trata de dos lecturas áridas respecto a una realidad aparentemente lejana. Sin embargo, en mi caso, han cumplido la función de arrinconar situaciones y acontecimientos cercanos en los que no puedo dejar de advertir algunas señales ominosas.

alcazaravila@gmail.com