Veinticinco años de locutora en el Día del Locutor
En México el 14 de septiembre se celebra el Día del Locutor; razón por la cual, la cercanía de esta fecha ha de servirnos para hacer varias reflexiones.
El investigador boliviano Alfonso Gumucio Dagron establece que hay diferencias en el término “comunicador” y el término “informador; así, mientras el “informador” es el responsable de emitir noticias o contenidos de entretenimiento en los medios de comunicación, entiéndase, radio, televisión, Internet y foros masivos de expresión diversos, el “comunicador” es el responsable de establecer políticas y estrategias de comunión entre grupos o miembros de una comunidad.
Luego entonces, de acuerdo con Gumucio, y hace medio siglo con los textos de Antonio Pascuali, periodista, informador y comunicador son conceptos distintos, siendo periodista el reportero en los medios (labora sobre la inmediatez del hecho), el informador es un actor que transmite sucesos por medio de los medios electrónicos de información y el comunicador sería un sociólogo que hace comunes las agendas y tareas de su entorno.
¿Quién es entonces el locutor? Estrictamente hablando, es un emisor de alocuciones verbales que a través de la radio y la televisión expresa en forma lineal contenidos de interés para la audiencia, sea ésta masiva o muy muy específica.
Toda esta conceptualización suena muy cierta; sin embargo, me permitiré distar de la división que Alfonso Gumucio establece entre el trabajador de la radio o emisor del medio, y el comunicador social o comunicador, es que, aunque en teoría la radio sea un medio unilateral; es decir, confinado sólo a la transmisión de mensajes acabados, en realidad el locutor, y sobre todo el de cabina, que “realiza un aparente trabajo sencillo” de enlazar al escucha entre canción y canción, se vuelve en muchos, muchísimos casos, en un gestor, terapeuta, escucha, amigo entrañable, torero de querellas e incluso confesor del radioescucha, quien además recibe del trabajador de la radio y la televisión formas de vida, principios y valores, pero, sobre todo, el locutor forma, forja y enriquece la cultura e idiosincracia de su audiencia.
Así, pese a que se minimiza la labor del locutor, éste sí es un comunicador, pues hace las veces de puente, pone en común a los iguales, descubre a los distintos, pero sobre todo: abre a través de su micrófono los oídos, la conciencia y cultura de quien lo escucha. No es tarea sencilla la locución y sin embargo es una responsabilidad grandiosa y aleccionadora para quien tiene entre sus manos la tarea de comunicar-se a través de la radio. Gracias a mis radioescuchas por cumplir en comunidad conmigo 25 años de labor como locutora. Mil gracias.
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fdm