Zavala y Corral, el agarrón

Zavala y Corral, el agarrón
Por:
  • larazon

Elisa Alanís.

Escucho voces condenando el lamentable espectáculo panista que se está dando en el Senado de la República. Pero no condenando el fondo, hacia donde apuntan las acusaciones entre unos y otros. Sino a la forma, al agarrón entre calderonistas y maderistas. Y en particular, el intercambio tuitero y mediático entre Juan Ignacio Zavala y Javier Corral.

Aviador, desvergonzado, mentiroso, reina de las pluris, ruin, traidor, cínico son algunos de los adjetivos que se lanzaron Zavala y Corral.

Corral: “..Aviador en Senado, ganando 76 mil pesos y sin justificar trabajo”.

Zavala: El profesional de las plurinominales, Javier Corral ha cobrado más de 21 millones de pesos del 2000 a la fecha.

¿Pero realmente este intercambio subido de tono es lo que debe preocupar?

No lo creo. De hecho, en distintos momentos de la historia del propio PAN, como de los otros partidos políticos, han surgido confrontaciones.

Hoy, frente a la derrota electoral, la división es natural. Qué bueno que sea tan clara y transparente. Y qué bueno que dos panistas lo digan abiertamente

y de frente. No los podemos calificar, eso sí, de timoratos o de hipócritas. No muchos políticos lo hacen. La regla es hablar entre líneas y la puñalada trapera.

Además, así es el poder. Cobra cuentas cuando hay poco por repartir y lo poco que queda son culpas y rencores. En cualquier país, en cualquier momento, esta circunstancia se presenta aún en los partidos más consolidados.

Ya le tocaba al PAN salir de la esquizofrenia de unidad. Le pasó al PRI cuando se construyó la corriente democrática que daría nacimiento al movimiento cardenista de reconstrucción nacional. Como en un momento reciente le tocó al PRD, de una vez por todas, dividirse en el de la Revolución Democrática y Morena (el siguiente turno es para Movimiento Ciudadano).

Después de la posibilidad de triunfo y perder, viene asumir públicamente las diferencias y la sana división.

Bienvenidos las redes y los medios ¿Qué tal hace algunas décadas? ¿Cómo se peleaba la silla presidencial?

En México el pan nuestro de cada día era el magnicidio. ¿Qué decir de las muertes de los generales Gómez y Serrano en Huitzilac, cuando abiertamente quisieron ser una alternativa distinta al candidato Calles? ¿O las muertes de Madero, Carranza y Obregón? Las traiciones rumbo al poder se sellaban con fuego.

Lo que hoy en realidad debería preocuparnos es la discusión de fondo. El manejo discrecional del dinero público, el dinero de todos los mexicanos, el dinero de nuestros impuestos. Ése es un tema toral que sigue pendiente.

Por lo demás, bienvenido el debate, bienvenido el espectáculo, bienvenidos los Corral y los Zavala.

elisa.alanis@3.80.3.65

Twitter: @elisaalanis