Seriedad, certeza y análisis, las tres premisas con las que se conduce; asegura que se avanza a “un periodismo más integral”
Por Ángel Salinas/angel.salinas.razon@gmail.com
Uno de los brincos más notables del periodismo electrónico nacional durante los últimos tres años ha sido el de Jaime Guerrero, quien se convirtió en el sustituto oficial de Javier Alatorre en el noticiario Hechos, el espacio nocturno estelar de TV Azteca. Sin embargo, lo curioso es que, a pesar del salto, Guerrero se mantiene en su labor cotidiana de cubrir fuentes políticas en la fábrica de noticias de esa empresa.
Guerrero, de 38 años, soñó, se vio como comentarista deportivo, pero “el azar”, dice, le condujo por otra línea del periodismo, “aquel que aporta un mensaje, que brinda un servicio a la sociedad”. Un ejercicio impregnado de tres premisas: seriedad, certeza y análisis. Así se conduce y asume sus responsabilidades.
Forjado “en las trincheras, donde se genera la noticia, donde se ejerce el periodismo”, es partícipe de lo que hoy es Fuerza Informativa Azteca (FIA), de la que vierte: “Estamos avanzando a un periodismo más integral. Existe la competencia interna y externa. Competimos en todos lados, en todas las trincheras. No me veo compartiendo una nota que yo gané”, expresa en entrevista para La Razón.
¿Qué demanda la sociedad del periodismo actual? Un ejercicio que no se limite. Un periodista que lo mismo pueda pararse con temple frente a las cámaras en el estudio y leer el pronter que pueda hacer coberturas con ese mismo temple que la sociedad demanda.
¿Así es Javier Alatorre? Él te enseña con el ejemplo. Puede hacer una nota de guerra o aquella que lleva impregnada un aspecto ecológico. Yo veo a Javier como un abanico completo. Estuvo trasmitiendo una Olimpiada y lo mismo lo ves ahí que haciendo un reportaje sobre la pobreza. No es un tipo al que le puedas hablar de cómo cubriste un huracán, porque él sabe lo que estás viviendo cuando estás en un enlace y te da la palabra. Es un periodista completo. Es un hombre que sabe ir por la noticia, que sabe buscarla y sabe encontrarla. Eso he tratado de aprenderle.
Génesis de FIA
El ayer nos remite a Imevisión, ¿qué nos dices de aquella etapa? Fue un proceso difícil. En aquel tiempo (1993) llegabas a la redacción y en ese momento te enterabas de que tu compañero, hacía dos minutos, había sido llamado para que se presentara ante el jurídico. Era como una ruleta rusa, no sabías si ese día te tocaba el disparo. A mí afortunadamente no me tocó.
¿Qué rescatas de la transición? La gente que se quedó hizo un gran esfuerzo de su parte. Empezamos a construir lo que hoy es FIA. Ilusiones y sueños hoy son una realidad. Te hablo de 1993, una etapa en la que no teníamos ni siquiera cintas para escribir en las viejas máquinas Olivetti. No había carretes, al grado de que entre nosotros muchas de las veces teníamos que compartir un ‘pedacito’ de tela hasta que quedaba hecho un par de hilos. Ése es el contraste más dramático de lo que hoy es FIA.
Experiencias en la trinchera
Coméntanos de las fuentes que has cubierto, de tus experiencias. Debo confesar que no me gustaban las matemáticas. Les huía. Curioso porque cuando llego la primera responsabilidad es cubrir la información financiera.
Ahí me di cuenta de que un periodista debe estar preparado para todo.
Aunque la fuente política es la que a mí me gusta más; además, me tocó cubrir presidencia en la época de Carlos Salinas de Gortari. Todavía existían el dedazo y el tapado. Dos elementos que en aquel entonces significaban todo… recuerdo mucho el destape en Los Pinos, el de (Luis Donaldo) Colosio. Tenía 22 años y estaban destapando a un candidato presidencial y yo ahí, siendo testigo de desfile de autos que transportaban a líderes de la CTM, líderes de la CNC. Tiempos en los que podías hacerle una entrevista ‘de banqueta’ al presidente.
Ya estabas ahí, ¿cómo mantenerse? Recuerdo bien el comentario de un comunicador, que hoy está en la competencia. Me dijo: niño, esto no es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia. Tuve la fortuna de convivir con grandes periodistas, de los que aprendí mucho. Siempre te dejan buenas experiencias tener a Joaquín López-Dóriga cubriendo para El Heraldo, Fidel Samaniego para El Universal, Rafael Jerezano para Radio Red. Lo que se combinó con las enseñanzas de mi maestro Claudio Guzmán.
¿La mejor entrevista? La que realice hoy; aunque me gusta más lo que pueda brindarme un campesino, aquel que ni siquiera me conoce, que un político. Y es que el político sabe cómo responderte; incluso, puede manipularte con esa respuesta, porque sabe lo que busca ejercer con ello.
¿Metas a corto plazo? Cubrir un Mundial. Soy muy futbolero y me gustaría estar en una Copa del Mundo. Aunque me gusta lo que realizo, la responsabilidad de cubrir a Javier Alatorre; el ejercicio del periodismo social porque le debemos una dosis de esperanza a la gente; me gusta tener la palabra justa en el momento justo.
Jaime Guerrero vive el presente, cosechando logros por los que ha trabajado a lo largo de los años. “Las oportunidades me la he sabido ganar”, afirma Guerrero.
Jaime Guerrero
Estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
Ingresó a Imevisión en 1991.
De 1993 a 1996 cubrió la fuente presidencial.
En 1996 se integró al equipo de investigaciones especiales.
A partir de abril de 1998 hasta febrero de 1999 condujo las cápsula informativas Las siete del siete.
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