Carlos Olivares Baró
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Bachata: Ritmo originario de República Dominicana. Híbrido del bolero con otras manifestaciones afrocaribeñas: son cubano, bolero moruno, mambo/cha, tango, milonga, habanera, balada romántica, merengue haitiano, vals peruano, pasillo, vallenato… Víctor Víctor, Luis Días y Juan Luis Guerra han hecho posible, desde los 80, su renacimiento a nivel internacional. Nostalgia en textos que reflejan los desatinos del amor-desamor y los desbordes de la propensión erótica. Género urbano de beneplácito dentro de los grupos marginados. » Merengue: (del vocablo muserengue o tamtan mouringue). Lenguaje musical de ritmo bailable con raíces de contradanza, mazurca y vals europeo. Aparece en la primera mitad del siglo XIX en el Caribe cobrando mayor presencia en Haití y Republica Dominicana. Acordeón, tambora, güira, saxofón, congas, trompeta. Textos picaros de doble sentido. Perico Ripiao (merengue típico) de enlace rítmico rápido asentado en los campos del Cibao. Johnny Ventura, Wilfrido Vargas y Juan Luis Guerra, destacados exponentes. » Mambo: Ritmo originario de Cuba. Aparece en los 30 creado por Cachao a partir del danzón. Pérez Prado y Beny Moré lo popularizan en México en los 50. Música africana en fusión con el jazz. Estridente sección brass. » Timba: Ritmo que aparece en los 80 en La Habana, Cuba. NG, La Banda y su director José Luis Cortés, responsables de esta nueva modalidad que mezcla jazz latino, songo, hip hop, mambo, funk y tonalidades yorubas. Textos provocativos. Estridente sección brass en empalme con las percusiones: dinámico influjo bailable.
Juan Luis Guerra Seijas (República Dominicana, 1957) ha sido ganador del Grammy en 15 ocasiones (incluye tres de la academia estadunidense) con más de 20 millones de copias vendidas de sus discos y total reconocimiento de la crítica especializada, melómanos y bailadores. Los álbumes Ojalá que llueva café (1990) y Bachata Rosa (1991) fueron sucesos musicales a nivel mundial en los años 90. Todo el mundo cantaba “Burbujas de amor” y movía el esqueleto en los clamores y compases de “La bilirrubina”. Conocedor de la salsa, el jazz, el blues, el gospel, la bachata, el merengue y la balada pop, el autor de “Palomita Blanca” ha configurado trazas melódicas/rítmicas de inconfundibles matices. Su voz de pegajoso relente y suave quebradura le permite internarse lo mismo, en un merengue ripiao cibaeño que en una sensual bachata romántica.
La Llave de mi corazón (2007): cuatro Grammys, Persona del Año, tres Billboard Latinos, Artista del Año, Mejor Álbum Tropical, Mejor Dúo, Grabación del Año, 7 Premio Lo Nuestro, dos Antorchas en el Festival Viña del Mar… Tres años ausente de los estudios y aparece A Son de Guerra (Capitol Latin, EMI Music, 2010) su cuaderno discográfico número once y “posiblemente el más variado y divertido de mi trayectoria. Colorido, estimulante y veraniego”, al decir del intérprete de “Visa para un sueño”. 11 composiciones de su autoría con invitados de lujo (Juanes y el trompetista de jazz Chris Botti). Abre La 440 (guitarra, piano, teclados tambora, congas, maracas, claves, güira, saxofones, trombones, bajo, drums y timbales) con un merengue de suave cadencia en invitación bailable pambiche (“No aparecen”: Amores como los tuyos no aparecen / lo busco en los cafetales y en el camino…); le sigue “La guagua”, son/timba con citas funkeras y chispas hip hop. “Mi bendición” y “Bachata en Fukuoka”, sensuales bachatas que Guerra entona con íntimos untos tesiturales. “La calle” a dúo con Juanes, sortea los terrenos del pop, el vallenato y la cumbia con guitarras que dibujan resueltas pulsaciones rockeras. “Lola’s Mambo” rinde tributo al cubop de Machito y Bauzá en directo guiño a Prado; el norteamericano Botti pisa terrenos caribeños con categórico discurso gillespieano. “Son al Rey” y “Cayo Arena”, merengues de ecos ripiaos en contrapunteo con apuntes timberos, sección brass dura y guitarra rockera. Sandunguero Bonus Track —“Caribbean Blues”— que fusiona son, blues y tenues soplos de calipso y bomba.
A son de jazz, merengue, bachata, mambo y timba, el dominicano Juan Luis Guerra vuelve a conquistarnos: a corazón abierto, con amor del suyo “al sur de las amapolas, al norte del infinito…”
Nigel Kennedy Violinista y violista inglés
Alumno predilecto de Yehudi Menuhin, Nigel Kennedy (Brighton, 1956) es un herético violinista y violista contemporáneo. Lo mismo ejecuta piezas hard, cool o free de jazz que una composición de Sibelius. Su versión de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi ha vendido más de un millón de copias. Declarado admirador de Jimi Hendrix, y asimismo de los ritmos gitanos del este de Europa. Desbordante personalidad. Complicidad con un público que aplaude sus apariciones en prestigiosos teatros, vestido de payaso. Baila en el escenario y reclama participación. El álbum Bartók & Duke Ellington, obra maestra.
Ellas cantan a Serrat/Señora/Sony Music, 2010
Queremos tanto a Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943), cualquier referencia a sus canciones se convierte en necesidad espiritual. Serrat y el folclor catalán. Serrat y el tango. Serrat y la copla española. Serrat y el bolero. Serrat y el cancionero latinoamericano… ¿Podremos dejar de cantar en susurro esas breves obras maestras: “Aquella pequeñas cosas”, “Lucía”, “Tu nombre me sabe a yerba”, “Mediterráneo”, “No hago otra cosa que pensar en ti”…? Serrat anclado en nuestras vidas. Señora. Ellas cantan a Serrat (Sony Music, 2010) es un disco en el que cantoras de España, Cuba, México, Argentina, Portugal, Chile, Colombia, Perú y Estados Unidos le cantan al poeta/músico autor de “Para la libertad”. Serrat en esplendores vocales de tiernas configuraciones: Eugenia León/ “Y el amor”, Gabriela Torres/”Esos locos bajitos”, Haila/“Lucia”, Dulce Pontes/”Bendita música”, Tania Libertad/”Fiesta”, Lissy Álvarez/”Señora”, Martirio/”Tiempo de lluvia”… Álbum que nuestros oídos muerden con premura impetuosa.
Three Graces/Universal Music/Decca, 2008
Joy Kabanuck, Kelly Levesque y Sara Gettelfinger, forman el trío estadunidense Three Graces, nombre inspirado en Cárites (mitología griega) o Gratiae (mitología romana): diosas del encanto, la belleza y la creatividad. “No pretendemos cambiar los géneros o alterarlos, sino simplemente hacer una fusión que permita crear algo nuevo y que la gente disfrute tanto la ópera como el pop”, comentan. Three Graces (Universal Music/Decca, 2008), álbum que mezcla elementos del pop con aires filarmónicos en una suerte de benedictus cansino que no llega a cuajar ni vocal ni musicalmente. Once piezas que se escuchan como una extensa coral de creciente monotonía melódica. “Queremos darle al público una probadita de algo nuevo y sobre todo mostrar nuestros matices vocales”, declaran. Voces de coloratura media, en pronunciaciones que bordean constantemente, lugares comunes. Cuerdas dulzonas y “orquestaciones plásticas”. Three Graces sin donaire. Son “bonitas”, se ven bien con sus largos vestidos de seda: pero…, nada más.