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Hace cuatro años, una mujer tuvo un sueño: un ser divino le dijo que debía construir un nuevo lugar cerca de un poblado yucateco llamado Xul, sobre cerros, entre la selva, en un punto cercano a Kiuic, un antiguo asentamiento maya. La mujer despertó y planeó una miniciudad que ya es una realidad.
Así surgió el nuevo conjunto habitacional de Xul. Ahí se construyó la nueva miniciudad de 800 hectáreas llamada Las Águilas, habitada por italianos.
A principios de 2010 inició la construcción de un exclusivo condominio en la comisaría Xul, del municipio Oxkutzcab, en Yucatán; 800 hectáreas fueron destinadas para edificar laboratorios, casas, reservas de agua y plantas de producción de electricidad, pocos sabían que se trataba de “La ciudad del fin del mundo”.
Ahora, a seis días del anunciado día de las catástrofes, los refugiados italianos, que previamente solicitaron el formato migratorio F-1 y algunos hasta se nacionalizaron, se resguardan en las casas con puertas de hasta tres metros.
La mujer que tuvo la visión es la guía de la comunidad de Las Águilas, ella es una psicóloga italiana, de acuerdo con la arquitecta del búnker natural, Karina Pérez Valle, quien refirió que los italianos que habitan la cómoda construcción sólo están en México para un desestrés natural y no creen en el fin del mundo.
Sin embargo, la diseñadora de la construcción formó una moderna arca de Noé, que incluye 16 viviendas, con una laguna propia, y generadores de energía solar, así como una bodega de alimentos. Para adquirir el terreno de 800 hectáreas, los italianos pagaron tres millones de pesos y donaron 100 mil a la primaria de la localidad. Quienes habitan ahí son profesionistas, de acuerdo con los pobladores cercanos a la entidad, que se refieren a algunos como “los científicos”.
Uno de los yucatecos que ha trabajado con los italianos residentes en Las Águilas, Albert Beh, señala que ha visto a los científicos orando junto a los árboles por instrucciones de un guía.
Aunque nadie ha hecho contacto con los habitantes de la casa del fin del mundo o con la guía, los pobladores de Xul señalan que los extranjeros tal vez eligieron esa zona por encontrarse rodeada de varios monumentos y edificaciones de la cultura Maya; o quizá porque existe una leyenda en la que los mayas consideraban esta zona un lugar ideal para morir, la zona del fin de todo; cabe destacar que el vocablo maya Xul, significa en castellano el final.
Las especulaciones rodean esta zona yucateca, pues hay quienes se atreven a decir que el 21 de diciembre en el lugar podría suceder una tragedia masiva.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Migración aseguró que los italianos que habitan en Xul tienen sus papeles en orden, lo que no los hace un grupo de turistas sospechosos.
Las casas tienen paredes de 60 centímetros de ancho con materiales especiales para soportar temperaturas superiores a 50 grados centígrados.
