Ilustración Francisco Lagos La Razón
No fue un agente de la KGB, ni un espía secreto del gobierno... ninguno de los seres que surgieron de la mente esquizofrénica del matemático John Nash fue causante de su muerte, el motivo fue un accidente de auto. La noche del sábado murió el científico que inspiró la película Una mente brillante.
Abordo de un taxi, en Nueva Jersey, Estados Unidos, y en compañía de su esposa Alicia López Harrison, el creador de la teoría de los juegos dejó de respirar. El auto se estrelló cuando intentaba adelantar a otro vehículo; al impactar, aquella pareja octogenaria (el de 86 y ella de 82 años) salió disparada por no tener puesto el cinturón de seguridad.
Así terminó la vida de la mente brillante que luchó contra sí misma. Poco antes de cumplir 30 años, le fue diagnosticada la enfermedad de esquizofrenia.
John Forbes Nash nació el 13 de junio de 1928, obtuvo el grado de licenciatura y maestría en matemáticas en 1948, para 1950 obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Princeton. Su carrera despegó.
En 1958 fue descrito como “el matemático joven más prometedor del mundo”. Se ganó el puesto de académico e investigador universitario. Continuó con sus trabajos de teoría de Variedades Algebraicas, Geometría Riemanniana y Ecuaciones Diferenciales parabólicas e hiperbólicas...
Sin embargo, en 1959 fue hospitalizado con un diagnóstico de esquizofrenia. Ahí comenzó la lucha contra sí mismo. Dejó la Universidad, su segunda casa, sus investigaciones quedaron pendientes. El matemático fue tratado con terapia de descargas eléctricas, interno en el hospital, del que huyó por un tiempo a Europa; después por un año deambuló por los pasillos de la Universidad de Princeton en medio de la paranoia y teorías de conspiración en su contra.
Hasta la década de los 90 la mejoría que reflejó en sus estudios médicos le permitieron continuar su vida académica. En 1994 ganó el Premio Nobel de Economía por su Teoría de los Juegos y por ser responsable de la aplicación de herramientas matemáticas a otros ámbitos. Pero también ganó el premio considerado el Nobel de las matemáticas. En marzo pasado obtuvo el Premio Abel de la Academia Noruega de Ciencias y Letras.
La importancia de su trabajo trascendió la académica y las revistas científicas. En 1998 su vida fue retratada en un libro, publicado por la periodista Sylvia Nasar, bajo el título Una mente maravillosa. El mismo título fue llevado a la gran pantalla.
En 2001 el cineasta Ron Howard adaptó aquella biografía con Rossell Crowe como protagonista. Fue filmada con un presupuesto de 60 millones de dólares, costo que superó con creces en taquilla, pues obtuvo una recaudación de 313 millones 542 mil 341 dólares. Además, ganó cuatro premios Oscar: Mejor película, Mejor director, Mejor actriz de reparto, Mejor guión adaptado.
Pese a que el matrimonio se divorció en 1963, ella, Alicia, siguió junto a John para superar la enfermedad, por eso en 2001 se casaron de nuevo. En los últimos años esa pareja se dedicó a llamar la atención sobre las enfermedades mentales, de las que también fue víctima su hijo, quien además es matemático.
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