Para Lorena Pronsky (La Plata, Argentina, 1976) un libro se escribe “para sujetarse a la vida, para dar testimonio de ella”: de ahí el exergo del poeta Pablo Neruda, “Escribí, escribí solo para no morirme”, citado en el pórtico de Rota, se camina igual (Hojas del Sur, 2019), cuaderno de relatos y apuntes que es “un viaje al interior de las emociones”, suscriben los editores en la cuarta de forros.
Ciento cincuenta y ocho ‘viñetas/cuentos’ —algunos en los terrenos de la minificción—: catálogo de interpoladas circunstancias existenciales de personajes heridos, lacerados, que corren las aldabas y abren las puertas en busca de la emancipación. Retorno al pasado y exploración de la dolencia. Las pérdidas acechan en complicidad con el desamor, el abandono, la soledad y la zozobra. Estamos frente a unos folios protagonizados por la dolencia, pero con el aliento de la esperanza untado en la ruta del regreso.
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“Yo empecé a escribir estos apuntes desde el dolor. Así salieron, sin ‘adornos’, sin metáforas gratuitas. Mi lenguaje es directo, fiel a mis vivencias y a las de otros, que también están afectados por el desamor. ¡Qué palabra: desamor! Es todo lo contrario a la vida. No pretendí un manual de autoayuda ni nada de eso. Soy psicóloga y he querido presentar un sumario de criaturas cobijadas por circunstancias adversas, quienes cargan con su herida y rubrican episodios singulares”, expresó, en conversación con La Razón, Lorena Pronsky.
"Pienso que el dolor muchas veces, lo ocultamos, por miedo a la reacción de los otros. El ser humano espera amor y diálogo afectivo. El dolor se refugia en el silencio. Los abrazos nunca mienten: mi libro es —eso quiero— un abrazo en contra el dolor”
Lorena Pronsky
Psicóloga
¿Ficciones o testimonio de gente que usted conoce? La ficción sin aval de la realidad es algo vacío, sin tono, sin alma. En estas notas hay de todo. Lo testimonial se entrecruza con la imaginación.
¿Cadencia lírica que nace de la inspiración? Los textos breves son cercanos al aliento poético. No soy poeta, pero quizás ronda por ahí ese designio.
¿Circunstancias en que el dolor protagoniza los eventos? Pienso que el dolor muchas veces, lo ocultamos, por miedo a la reacción de los otros. El ser humano espera amor y diálogo afectivo. El dolor se refugia en el silencio. Los abrazos nunca mienten: mi libro es —eso quiero— un abrazo en contra el dolor.
¿Cuaderno como un monólogo donde usted habla para sí misma? Sí, escribo para hablar sola, de mí misma, conmigo. Las palabras me reconstruyen. Escribo con la libertad del que baila solo. No escribo con afán literario, en el sentido de que todo lo sé: escribo
porque lo siento.
¿La vida y sus trances; la vida y lo que hay que asumir en su itinerario? Soy optimista. La vida es hermosa, sin embargo nos pega duro a veces, o muchas veces. Este libro no da soluciones, sólo reflexiona acerca de la resistencia frente al dolor como una forma de perpetuarlo. Se asume el dolor y se buscan paliativos. Escribir fue mi analgésico. La vida es un enigma: sus dilemas nunca terminan.
¿Autores y lecturas frecuentes? Leo novelas, poesía, ensayos y textos académicos de psicología. Pero, aclaro cuando escribo me despojo de toda referencia. Entro desposeída al suceso de la escritura.
Rota, se camina igual
Autor: Lorena Pronsky
Género: Cuento, viñeta, apunte...
Editorial: Hojas del Sur, 2018

