Colapsó un techo

Daños del Templo Mayor son aparatosos, pero no graves: INAH

La directora del museo señala que, aunque el techo colapsó, protegió a la Casa de las Águilas; se instala una estructura provisional para resguardar el estuco y la pintura mural de las lluvias

El INAH señaló que,  hasta el momento, los daños en Templo Mayor producto de la granizada son menores
El INAH señaló que,  hasta el momento, los daños en Templo Mayor producto de la granizada son menores Foto: Eduardo Cabrera

Los daños generados en el Templo Mayor, a causa del colapso de la techumbre de la Casa de las Águilas provocada por la intensa granizada del miércoles son menores y “menos aparatosos de lo que parecen”, afirmó Patricia Ledesma, directora del Museo de la zona arqueológica dependiente del INAH. Sin embargo, reconoció que existe una pintura mural cuya fragilidad que “nos preocupa” debido a las lluvias.

“El techo hizo su trabajo: soportó toneladas de granizo y la estructura hizo como un fuelle, lo que permitió que ésta se apachurrara para proteger el vestigio. Colapsó en forma de V, la cual está descansando sobre el piso prehispánico, que si bien tiene estuco puede ser recuperado, y las otras partes están descansando en los muros del propio edificio, que son bastante resistentes”, detalló la especialista en conferencia de prensa.

Por eso, aunque se vea aparatoso, el techo fue el que soportó todo el impacto”, remató, para señalar que el peritaje está en proceso.

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Lourdes Gallardo, jefa de restauración de Templo Mayor, agregó que, la estructura contemporánea cayó sobre sobre los muros del inmueble, lo cual causó desprendimiento de piedras, “pero nada de gravedad que no se pueda volver a poner en su lugar”.

Templo Mayor cuenta con cuatro techos principales, siendo el colapsado el ubicado sobre la Casa de las Águilas. Se comentó que el resto ya fueron revisados y que se encuentran estables. No obstante, la titular del museo compartió que se va a realizar un proyecto general para cambiarlos todos, pues aunque seguido se les da mantenimiento y se monitorean, las estructuras tienen más de 30 años.

“Y ayer que estivo la secretaria de Cultura (Alejandra Frausto), se comprometió para apoyarnos para cambiarlos”, aseveró.

La restauradora explicó que cuando el INAH concluya con el peritaje la seguradora les informará la cantidad que el seguro cubrirá; también iniciaran las labores de apuntalamiento del techo colapsado y se analizará cual será la manera óptima de retirarlo. Asimismo, se va a hacer una techumbre provisional con láminas de etafón para proteger el estuco prehispánico y la pintura mural de las lluvias.

La cubierta se tiene que quitar de manera paulatina, gradual y bien estudiada porque no sólo sería exponer los vestigios a la intemperie, sino que por las cargas del piso y tamaño de la estructura no la podemos liberarla de manera abrupta”, externó.

Las funcionarias agregaron que la tormenta del miércoles fue “atípica”, pero que pese a ello la siempre se han monitoreado los niveles de humedad y filtraciones de agua que posee la zona arqueológica.

La lluvia pasa todos los años y sí hay zonas donde hubo escurrimientos de agua y filtraciones, pero es un ciclo de humedad que nosotros tenemos registrado desde que se descubrió en 1978. Tenemos un monitoreo muy puntual de las afectaciones del agua, no solo pluvial sino también del subsuelo”, dijeron.

Añadieron que además todos los estucos de las banquetas y la policromía de los murales de la Casa de las Águilas han tenido tratamientos de conservación constantes. “Por ello, en esta revisión preliminar pensamos que están estables. No fue una afectación directa y las condiciones no afligieron a toda el área en general. Podríamos decir que es satisfactorio y se van a poder implementar todos los tratamientos correctivos para esas áreas”, finalizó Ledesma.

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