Arqueólogo de Coahuila lanza alertas

Cuatro Ciénegas, un área asediada por saqueadores

Yuri de la Rosa afirma a La Razón que, debido al historial de robo de vestigios arqueológicos, debe haber un castigo ejemplar para quienes dañaron una pintura rupestre hace un mes; “la impunidad es dañina”, expresa

Parte de la pintura rupestre que se sustrajo
Parte de la pintura rupestre que se sustrajo Fotos|INAH

“Cuatro Ciénegas es un área asediada por saqueadores”, alertó Yuri de la Rosa, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Coahuila, quien, a un mes del robo de una pintura rupestre en La Cueva Pinta, espera que haya un castigo ejemplar, de cárcel, para quien o quienes hayan cometido ese daño al patrimonio cultural de México. Contó que aún la Fiscalía General de la República (FGR) realiza las investigaciones.

“Coahuila desde tiempos ancestrales ha sido saqueada. Cuando el investigador Edward Palmer vino a Coahuila, a mediados de 1800, encontró las cuevas saqueadas. Salir al campo es un deporte para coleccionar chuzas. Todas las casas en Cuatro Ciénegas, en San Buenaventura o en Acuña, tienen puntas de proyectil o cuadros con puntas de proyectil en las cantinas o en los negocios. Ha sido un deporte saquear Coahuila. Ha habido cierta sensibilización, pero ha sido difícil”, dijo a La Razón Yuri de la Rosa.

El experto detalló que el caso de La Cueva Pinta “está en la cancha de la FGR; esperemos que pronto haya un responsable y una sanción ejemplar de cárcel, que los saqueadores no queden impunes, porque la impunidad es muy dañina. Si no hay un responsable, las personas van a decir: ‘No pasa nada’”, comentó el arqueólogo Yuri de la Rosa, quien desde inicios del año 2000 llegó a la entidad.

Parte de la pintura rupestre que se sustrajo
Parte de la pintura rupestre que se sustrajo Fotos|INAH

El más reciente saqueo fue el registrado el pasado 4 de enero, cuando en el Centro INAH de Coahuila recibieron una llamada telefónica de un touroperador de Cuatro Ciénegas, quien les informó que se había sustraído parte de una pintura en La Cueva Pinta, una lámina de roca de dos y medio centímetros de profundidad y de 30 por 30 centímetros, en la que había la representación de una mano. El investigador Yuri de la Rosa fue el encargado de realizar el primer dictamen para interponer la denuncia ante la FGR.

“Adicionalmente, trataron de extraer otras dos figuras, al ver que es prácticamente imposible y que la pintura se estaba dañando, dejaron de hacer el intento, pero están los rayones de la sierra y el cincel. Aunque la pintura sigue en su lugar, tiene una afectación”, explicó.

Éste no ha sido el único robo en años recientes. En 2023, detalló, “en esa misma región, pero en sitios aledaños, hubo afectación al piso de los sitios arqueológicos con pintura rupestre. El suelo fue excavado, hicieron hoyos de saqueo, pues buscaban puntas de proyectil. Lo que se encuentra ahí es material lítico, que se conoce como chuzos, el cual está en investigación y debe de cuidarse”. Además, en 2008 se sustrajeron más de mil piezas arqueológicas de la Casa de Cultura de Cuatro Ciénegas, que fueron incautadas en la frontera de Acuña con Estados Unidos; y en 2001, un bulto mortuorio de Coahuila se vendía en un mercado de Monterrey

y se detuvo a una persona.

Es a partir de estos hechos que el investigador Yuri de la Rosa ha podido identificar a diferentes tipos de saqueadores: el aficionado; es decir, el turista que visita un sitio arqueológico y se lleva un “recuerdo”; el ejidatario que anda en el campo y encuentra chuzos o puntas de proyectil y las vende por necesidad.

“Existe también el saqueador por gusto, que en Coahuila tenemos muchísimos y señalados además, que es el señor que le gusta la historia regional, que tiene recursos, conoce la ley y, sabiendo todo eso, va al campo y recolecta piezas arqueológicas. Por muchos años se hicieron pasar por expertos en arqueología. Ahí andan, pero han reducido sus actividades, porque se les ha puesto un alto. Son personas que viven en San Pedro, Saltillo, Monclova y Torreón”, explicó el especialista.

Por último, está el saqueador profesional. “Sabemos que existe una red de tráfico internacional, no solamente del desierto de Coahuila, sino de todo México. Ese saqueador va por encargo a los sitios, extrae las piezas, las del campo, las entrega en una ciudad, que puede ser Monclova, Piedras Negras o Acuña; otra persona las pasa, y una vez en el otro lado (en EU) se distribuyen al comprador, porque la ley estadounidense es muy distinta”, dijo.

Yuri de la Rosa apuntó que el daño que se ha hecho en La Cueva Pinta es irreparable, “como si a la Gioconda le recortan la sonrisa o si a la Noche estrellada de Van Gogh le quitan una de las estrellas”; sin embargo, expertos están ya en pláticas para realizar un proyecto de restauración con el fin de dignificar el sitio.

“Una vez que termine todo este proceso judicial, tocará hacer un proyecto de restauración y conservación. Va a ser completamente imposible tener la cueva y la pintura rupestre como antes, pero cuando menos se podrá dignificar. No se había presentado una situación tan grave; será un reto. Tendrán que venir, hacer un dictamen, un diagnóstico de conservación y una propuesta”, explicó.

“EL INAH está rebasado en todo el país”

Si bien el investigador Yuri de la Rosa reconoció que en la actualidad y desde hace mucho tiempo en Coahuila sólo el INAH se ha encargado de preservar el patrimonio, dada la indiferencia del gobierno estatal y municipal, comentó que el instituto encabezado por Diego Prieto “está rebasado”, no sólo en el estado sino “en todo el país”, pues México, al ser una nación con tanta riqueza en vestigios, necesitaría tener al menos a un arqueólogo por municipio, lo cual no ocurre, pues tan sólo en la entidad hay tres especialistas que trabajan de manera fija y hay cuatro que laboran por proyecto.

“La producción de profesionales no es la que se necesitaría; casi nadie quiere estudiar arqueología, ya desde ahí tienes un problema. Luego, los recursos del Instituto son insuficientes para la cantidad de sitios arqueológicos que hay en el país; en el norte, los recursos son insuficientes, lo mismo que el personal. También tiene mucho que ver con los intereses de investigación de cada arqueólogo; a muchos les atrae lo maya por la selva. Son factores que se conjuntan para que estemos rebasados”, comentó.