Fallece a los 85 años

Adiós a Gilda Cruz-Romo, la más grande soprano de México

Conquistó los más importantes teatros del mundo, entre ellos la Scala de Milán y la Met Opera de Nueva York; lo mismo cautivó con sus roles de Manon Lescaut, Tosca y Aida que con Nedda y Violeta

Gilda Cruz-Romo, soprano mexicana
Gilda Cruz-Romo, soprano mexicana Foto›Met Opera

Gilda Cruz-Romo, una de las grandes glorias de la lírica mexicana que conquistó los más importantes teatros del mundo, falleció el pasado lunes a los 85 años de edad, se informó ayer. La noticia enlutó a la ópera nacional; a nivel internacional se reconoció su prodigiosa voz y sus imponentes interpretaciones.

“La ópera del mundo está de luto: ha muerto esa colosal cantante llamada Gilda Cruz-Romo: la más grande soprano mexicana de la historia grabada. Triunfó en el mundo entero, alternó con todos y todas, y cantaba como Dios manda. O sea, como prácticamente nadie lo hace hoy”, destacó Gerardo Kleinburg, divulgador operístico y quien fue director de la Compañía Nacional de Ópera.

Gilda Cruz-Romo, quien pisó desde el Teatro Colón, el Metropolitan Opera House y la Scala de Milán, entre otros, es considerada la más grande de las sopranos nacidas en México. Lo mismo cautivó con sus roles de Manon Lescaut, Tosca y Aida que con Nedda y Violeta. Destacó en bel canto y el verismo.

  • El Dato: En México fue distinguida con la Medalla de Oro de Bellas Artes por su contribución a la promoción de la cultura nacional. Es conocida por su repertorio italiano, principalmente de Verdi y Puccini.

Cautivó con su prodigiosa voz, pero también por la expresividad y emoción que agregaba en cada interpretación, haciendo que el público se volcara en aplausos para ella, como lo constata una grabación en la que canta el aria “O Mio Babbino Caro” en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

Fue en 1969 cuando su carrera internacional despegó al debutar en la New York City Opera en el rol de Margherite en Mefistofele. Al año siguiente se presentó por primera vez en la Met Opera con Madama Butterfly, recinto en el que lograría durante toda su carrera 160 representaciones y en el que tuvo su última aparición en 1984. Con el paso del tiempo logró presentarse en Londres, Milán, Viena, Moscú, Tokio y Barcelona, en las principales casas de ópera.

Por ese motivo, al darse a conocer su fallecimiento, se destacó su invaluable aportación a la ópera y la manera en que representó a México a nivel internacional, dejando una huella imborrable.

“Lamentamos profundamente el fallecimiento de la soprano Gilda Cruz-Romo, quien debutó en el Palacio de Bellas Artes en 1962. Gracias a su extraordinaria calidad artística, se presentó en los escenarios más importantes del mundo, como la Royal Opera House de Londres”, destacó la Ópera de Bellas Artes, luego de darse la noticia de su muerte.

En CulturaUNAM también se resaltó su “portentosa voz” que conquistó al mundo. “La soprano tapatía marcó época, también, en el mundo de la grabación, que inmortalizó sus interpretaciones de Aida, Tosca y numerosos roles emblemáticos del repertorio lírico”, escribió la institución en su cuenta de X.

Gilda Cruz-Romo llegó a compartir escenario con grandes figuras de la ópera, como Mario del Monaco, Dario Franco Corelli, Plácido Domingo, Richard Tu-cker, Montserrat Caballé y Giuseppe Di Stefano, entre otras más. Además, con Luciano Pavarotti grabó un disco.

Colaboró con directores de orquesta de la talla de Nello Santi, Zubin Mehta y Charles Mackerras. Llegaba a decir que pocas batutas se especializaban en ópera.

Ya retirada de los escenarios, se dedicó a impartir clases para compartir su experiencia y conocimiento, además, solía ofrecer algunos recitales.

Gilda Cruz-Romo

Soprano

Nació: 12 de febrero de 1940, Guadalajara, Jalisco

Trayectoria: pisó los escenarios de La Scala de Milán, el Teatro de la Ópera de Roma, la Vienna Staatsoper, el Teatro Liceo de Barcelona, la Metropolitan Opera House y la Paris Opera, entre otras más