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Entra Gonzalo Celorio, Premio Cervantes 2025, a la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México, los medios de comunicación lo reciben con una ovación: el escritor sonriente recibe los aplausos. Apoyado en su bastón, saluda con la mano izquierda que posa en su pecho, ahí donde late el corazón. “¡Gracias, gracias!”, responde con la emoción en ristre y toma asiento.
Tras haberse alzado con el Cervantes, se convocó a una conferencia de prensa en la que el escritor reflexionó sobre diversos temas: la violencia en el país, la Conquista y la relación entre México y España.
“Tenemos una cultura occidental después de este proceso de conquista política y espiritual, y no podemos negar que es una parte integral de nuestra propia identidad. Negar la hispanidad es tan grave como si nos suicidáramos a medias, acabar con una parte de nuestro ser”, dijo.
También compartió lo que significa el Premio Cervantes para las relaciones entre México y España, que comenzaron a ser ríspidas luego de que se pidieran las disculpas de la Corona por lo ocurrido en la Conquista, ya sea por solicitud del expresidente Andrés Manuel López Obrador o la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
“Hay gestos de España que rompen con esa pausa que se impuso en la relación de los dos países. El Premio Princesa de Asturias al Museo Nacional de Antropología y a la fotógrafa Graciela Iturbide lo manifiestan. Ahora mismo se exhibe en Madrid una exposición de mujeres indígenas mexicanas. El Museo del Prado montó una exposición con imágenes de la Virgen de Guadalupe. México está presente en España y España está presente en México. Tengo esperanza de que las relaciones entre nuestros países vuelvan a la normalidad”, expresó el autor de Ese montón de espejos rotos, su libro más reciente que ya circula en librerías de España y México.
Gonzalo Celorio tampoco fue ajeno a lo que ocurre en México, y al ser consultado sobre la violencia que impera, comentó: “Es doloroso lo que ocurre en el país en el contexto violento que nos azota. La literatura puede afrontar con sus luces y esplendores a esos frisos del terror. La novela puede ser una respuesta en el reflejo que hace de esa realidad y en su configuración de sueños y verdades. La literatura es una fuente, un remanso que puede afrontar a la intimidación”.
El director de la Academia Mexicana de la Lengua habló de sus intereses literarios. “En la trilogía conformada por Tres lindas cubanas, El metal y la escoria y Los apóstatas me valgo de los destellos de la memoria. Biografía, autobiografía, crónicas familiares, búsqueda de la identidad, exilios, encuentros, adioses. Contrariedades de hermanos. Confinamientos. Escribo para olvidar. Paso de mi pecho al pecho del lector los fragores de mi memoria”.
Contó que desde su infancia las palabras comenzaron a ser parte fundamental de su vida. “Desde niño me dejé sorprender por las palabras. Me abrazaban en expresiones que me enseñó mi hermano mayor. Yo repetía expresiones, me di cuenta que ése era mi destino. Se lo debo todo a la gracia de las palabras”, compartió.
Sobre Ese montón de espejos rotos, Gonzalo Celorio compartió: “Es un libro de lo que he podido escribir sobre mis pasiones: la palabra, la literatura, el teatro, la música popular, la fiesta, el Barroco, la amistad, el amor y sus simulacros”.


