Cartas de Colosio a su padre revelan sueños y pasiones

El articulista, editor y analista político Rafael Medina Martínez (Guadalajara, 1977) publica Las cartas de Colosio (Aguilar/PRH, 2024), volumen que aparece en el contexto del 30 aniversario del asesinato del entonces candidato a la Presidencia de México. Innegable que las comisiones del economista, senador y dirigente partidista Luis Donaldo Colosio Murrieta (Magdalena de Kino, Sonora, 1954–Tijuana, Baja California, 1994), marcaron un antes y un después en la vida política de México: su ideario, tras tres décadas del atentado, repercute todavía en los ánimos de la sociedad mexicana.

Recopilación de la correspondencia que sostuvo con su padre complementado con prólogo de Luis Donaldo Colosio Riojas. Somos testigos de las pasiones del inquieto joven durante los años 70, cuando emprende la ruta de sus estudios universitarios por Monterrey, Estados Unidos y Europa. Alegato del carácter, los sueños y las voluntades que años después despliega en sus gestiones en la vida pública del país.

Apasionado de la libertad y la democracia, Colosio manifestó siempre un interés desbordado por la Revolución Mexicana, y, asimismo, condenaba el despotismo y el abuso del poder: índices suscritos en las misivas de este manual que contiene fotografías, manuscritos de las esquelas y memorabilia que conllevan a una sugestiva experiencia de lectura.

“Este proyecto de publicar las cartas de Luis Donaldo Colosio estuvo en mi cabeza desde hace varios años, a partir del encargo que me hizo Luis Colosio, su padre, quien estaba interesado en dar a conocer el intercambio epistolar que sostuvo con él. Encomienda que yo debía cumplir: en las cartas de Colosio están suscritos sus anhelos ideológicos y sus afanes políticos que se troncharon con el vil asesinato en marzo de 1994”, dijo en entrevista con La Razón Rafael Medina Martínez.

¿Cómo se produce su acercamiento con la familia Colosio-Murrieta? Yo conocí a Colosio en el transcurso de su campaña presidencial, yo era un joven de 16 años. Me saludó al pie del Monumento a la Revolución aquel día del discurso histórico del 6 de marzo de 1994. Conozco al padre cuando empiezo a escribir el libro El enigma de Colosio cuya investigación me llevó a tener contacto directo con la madre, sus hermanas y otros familiares.

¿Y las cartas cómo llegaron a sus manos? Recuerdo que me reuní muchas veces con Luis Colosio para ultimar detalles de la publicación de mi libro: El enigma de Colosio. Un día abrió el cajón de su bufete y me entregó una carpeta: “estas son las cartas de mi hijo, tienes autorización para publicarlas”. Imagínate, la responsabilidad, leí con detenimiento las 50 misivas escritas entre 1968 y 1979: era yo poseedor de trascendentales documentos históricos, de ahí la responsabilidad de publicar este libro, justo en el 30 aniversario del magnicidio.

¿Muestra de la caligrafía de Colosio como un detalle de su personalidad? Quise mostrar fotocopias de los manuscritos originales, en que se aprecian los rasgos de la escritura de ese joven lleno de afanes y deseos. El lector es testigo de trazos íntimos de una cuidadosa caligrafía, lo cual da una visión muy impresionable y humana del futuro político.

¿Tributo a una de las figuras más trascendentes de la historia política de México? Es el mejor homenaje que podemos rendirle a Luis Donaldo Colosio a 30 años de su dolorosa ausencia. Estas cartas se convierten en el testimonio de sentimientos vivos y latentes: extraordinario legado para la nación.