Duane Cochran reflexiona sobre las migraciones en Tepalcates

Los tepalcates son los fragmentos de una vasija de barro quebrada, cuando uno migra ya sea hacia otro lugar físico, emocional o psicológico van quedando cicatrices, pedazos de nosotros como si fueran esos trozos de aquel recipiente roto. Esta analogía es el punto de partida del coreógrafo, pianista y bailarín Duane Cochran para la obra Tepalcates que está por estrenar.

“Un amigo que es antropólogo y diseñador me explicó que los tepalcates son piezas de una vasija que se ha roto, pensé que éste sería el título de la obra, porque quería hablar de la migración, este camino laberíntico para llegar de un lado a otro. No sólo una migración corporal, sino también psicológica y emocional, cuando de repente te das cuenta que tienes que hacer cambios en tu vida, en la manera como piensas y abordas la vida”, comentó en entrevista con La Razón, Cochran, director de Aksenti Danza Contemporánea.

El coreógrafo aborda desde una mirada masculina lo que se vive y se pierde durante un éxodo, a partir de sus experiencias, al asentarse en México procedente de Detroit, Estados Unidos, hace 46 años. Además de las propias vivencias de los cinco bailarines que estarán en escena en la puesta Tepalcates.

“Es desde el punto de vista masculino, sobre mis experiencias de haber llegado a México, este país me abrigó totalmente. Hay muchas cicatrices que te recuerdan que pasaste por ahí, viviste cosas padres, otras no tanto, pero sanaste, tienes esas memorias. Cuando sales y emprendes ese viaje vienen cosas que te recuerdan a tu familia, tienes mucha añoranza, te gustaría tener un abrazo de tu hermano o tu mamá, o extrañas la comida”, compartió.

La pieza, que se estrenará el próximo 28 de julio en la Sala Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario de la UNAM, se divide en siete escenas, entre éstas, “La nostalgia”, que explora sobre lo que se deja atrás al migrar; “La incertidumbre”, cuando se busca algo que no se encuentra y las implicaciones psicológicas de esta situación; “La esencia masculina”, en la que también se presenta a los hombres en su fragilidad; y “El amor distante”, la peligrosa aventura de entregarse por completo a alguien y la falta de relaciones que signifiquen algo.

Sobre el episodio de “El amor distante” comentó: “Muchas veces no llegas a conocer a la gente, siento que de repente estás viendo los rostros, incluso estás besando, te acuestas con la persona, pero luego pasan cosas que te pueden decepcionar, piensas que es de una manera y nada qué ver y gastaste energías emocionales, amorosas en algo. No esperas que te regresen en la misma medida, pero sí quieres un cierto nivel de cariño y reciprocidad, porque la gente aunque la tengas cerca de repente parece que estuviera por otro lado del océano”.

El montaje, adelantó Cochran, inicia con un video que introduce a la gente en este viaje laberíntico. “Creo que va a ser un espectáculo interesante compositores, música, video, un poco de textos”, añadió.

Detalló que en escena aparecen “cinco muchachos que se encuentran en un espacio-tiempo suspendido, una dimensión fuera de lo normal, interactúan, se conocen y pasan por muchas etapas y sensaciones, como la nostalgia y la melancolía.

“Hay partes en las que están transitando, hay muchos caminos que no saben que van a encontrar, hay mucha incertidumbre. Conocen entre ellos su energía masculina y femenina también, se dan cuenta que no son como la sociedad muchas veces quiere que seamos, fuertes, proveedores de la familia, también nosotros somos frágiles, débiles, la obra juega con esas dualidades”.

Después de presentar la pieza en la Sala Miguel Covarrubias ésta llegará al Palacio de Bellas Artes, el próximo 2 de septiembre y luego al Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, del 9 al 10 de septiembre.