“Estos cuentos exploran los laberintos de la infancia desde los contornos de la soledad y los acosos de la familia”: Selva Almada

“Estos cuentos exploran los laberintos de la infancia desde los contornos de la soledad y los acosos de la familia”: Selva Almada
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  • carlos_olivares_baro

Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973) es la autora finalista del Premio Rodolfo Walsh por la celebrada crónica Chicas muertas (2014): presentación de tres feminicidios ocurridos en el interior del país mientras Argentina festejaba la vuelta de la democracia en 1983. Tres muertes sin culpables visibles arropadas en una sinuosa investigación. Libro imprescindible que mezcla lo periodístico, señas autobiográficas, retumbos de novela negra en magistral cruce de ficción y realidad.

Circula en librerías El desapego es una forma de querernos (Random House, 2016), volumen que reúne los cuadernos de cuentos Niños, Chicas lindas, En familia, Intemec y Relatos dispersos: resumen de once años de trabajo en los espacios del relato de una escritora que se ha ganado un lugar preponderante en la literatura hispanoamericana. Sus novelas (El viento que arrasa, Ladrilleros) han sido traducidas al francés, italiano, portugués y holandés.

Esta compilación corrobora las pujantes cualidades de Almada como relatora elogiada por la crítica especializada, y muy bien recibida por los lectores.

“Historias que he decidido agrupar en un solo volumen. Aparecieron en diferentes momentos y circunstancias. Quizás, aquí los lectores encuentren, en cierto modo, un muestrario de mis obsesiones, universo que he forjado durante más de diez años: la familia, la infancia, la soledad, el horror de la cotidiano, las rondas de la muerte…”, comentó la autora del poemario Mal de muñecas (2003) en conversación con La Razón.

¿Las encrucijadas de la infancia en glosas de obstinaciones abrazadas por un sigiloso horror? Me ha interesado siempre ese universo de la infancia. Niños, Chicas lindas y En familia están determinados mejor, están delimitados por episodios de la niñez en vinculación y empalme con el mundo adulto. La amistad de Niño Valor con su prima, la niña narradora, está configurada en un sentido donde cada gesto es una búsqueda. Los niños descubren un ‘muerto de verdad’ y eso afianza mucho más su complicidad. Hay un entresijo en la infancia, muchos enigmas diría yo, que intento sugerir en esos relatos que se mueven en las costura de la novela breve.

Rulfo, Carson McCullers y Faulkner merodean sus fabulaciones… Sí, la crítica ha señalado esa presencia en mi escritura. Admiro los espacios concebidos por estos narradores, sobre todo el de Rulfo.

Pero usted explora el campo con sutiles apuntes en que la violencia está sufragada en registros elípticos muchas veces inquietantes… Hay algo de cierto en eso. Mis personajes conviven con el pasmo cauteloso, habitan territorios donde la transparencia es una apariencia. En Rulfo la violencia es lacerante, en mi caso no es así. Me gusta adentrarme en los acechos asfixiantes del entorno familiar.

¿Prosa delineada desde la poesía? Prosa trazada en un habla de espontaneidad. En una música de obstinada cadencia que brota en mis narradores por necesidad expresiva. Susurros enraizados en mi memoria que pongo en las voces de mis narradores.

FICHA SELVA ALMADA

El desapego es una manera de querernos

Autor: Selva Almada

Género: Cuento

Editorial: Random House, 2016