Joyas de María Félix creadas por Cartier llegan al Jumex

El impresionante collar de serpiente con diamantes, ojos de esmeralda, y esmaltes verde, negro y rojo y el icónico collar de cocodrilos en amarillo con esmeraldas y diamantes de un tono amarillo intenso que fueron concebidos especialmente por la maison Cartier para la actriz mexicana María Félix vuelven a México como parte de una exposición que recorre un siglo de creaciones de la famosa casa cuyas joyas son consideradas obras de arte.

La exhibición El diseño de Cartier. Un legado vivo, que se inaugura hoy en el Museo Jumex, incluye piezas de la Colección Cartier, la cual regresa al país 24 años después de la muestra que se presentó en el Palacio de Bellas Artes a finales de la década de los años 90 y que visitó “La Doña”, a quien le dio gusto ver las joyas creadas por petición suya y que éstas formaran parte del acervo de la casa francesa.

“Ella (María Félix) vendió las piezas en un punto de su vida, las adquirimos por medio de intermediarios. María Félix vio la exposición de 1999, estaba feliz de que las joyas pudieran regresar a la maison”, detalló ayer en conferencia de prensa Pierre Rainero, director de Imagen, Estilo y Patrimonio de Cartier.

El público podrá admirar broches y brazaletes de pantera, piezas de coral y collares de conchas entrelazadas, que portó con elegancia la diva de la Época de Oro del cine mexicano. Joyas que reflejan una periodo muy particular en el mundo del espectáculo y que hablan de lo cosmopolita que era nuestro país.

“El tiempo cambió, antes eran las clientas las que establecían la relación con la maison. Hoy a las celebrities todo se lo prestan, no son dueñas de la pieza. Ir a Cartier era como ir al doctor, te ayudaban a navegar con estilo, ese estilo desapareció”, apuntó Ana Elena Mallet, curadora de la exposición, quien resaltó que “la joyería también es cultura”.

Por su parte, Rainero destacó que el collar de cocodrilos de “La Doña” también es una clara muestra de cómo la elegancia y la comodidad están ligadas. Dijo que la clave de Cartier ha sido preocuparse por lo que necesitan en sus vidas sus clientes, es lo que les permite crear objetos bellos.

“María Félix no hubiera podido crear sus sueños sin los antecedentes que ya tenía Cartier”, aseveró y celebró que la última sala de la muestra tenga un acento muy mexicano.

La exhibición incluye 160 piezas, entre joyas y bocetos de la Colección Cartier y de acervos privados. Las personas verán desde el reloj misterioso que la filántropa Luz Bringas regaló a José Yves Limantour, secretario de Hacienda y Crédito Público del entonces presidente Porfirio Díaz, que por primera vez se presenta en México; un anillo que lució Barbara Hutton, quien se estableció en Cuernavaca; un broche que perteneció a la nieta sobrina de Napoleón Bonaparte, un broche rosa con diamantes de la princesa Margarita y un broche de un flamenco que fue de Wallis Simpson.

Los sofisticados objetos dan cuenta de cómo sitios como Persia, India, Egipto, China y Rusia fueron la fuente de inspiración de la maison.

La exposición también se distingue por la museografía y diseño de la arquitecta mexicana Frida Escobedo, quien diseña la nueva ala del Met de Nueva York. Crea una atmósfera en la cual las personas sentirán que están dentro de una mina admirando las bellas joyas.

“Hay un aspecto muy personal, mi abuelo hacía relojes, trabajaba en una mina, para mí esto me influenció para crear un entorno inmersivo para sumergirse en la muestra. Otra relación es el origen, la cuestión de extraer materiales, la arquitectura mexicana, que contrasta con la belleza de las joyas”, dijo Escobedo, quien además detalló que para la museografía se crearon más de mil panales a mano.