Llega a México la literatura de la contracultura letona

Fue en 2014 cuando el escritor letón Janis Jonevs se coronó con el European Union Prize for Literature con Jelgava, una novela semibiográfica en la que plasma la resistencia y búsqueda de identidad de la juventud de su ciudad natal, a través de una contracultura metalera, nacida en medio del proceso de liberalización soviética en su nación.

Dicho relato, llevado en 2019 al cine, se traduce por primera vez al español por el sello tijuanense Abismos.

La narración inicia el 5 de abril de 1994, justo el día de la muerte de Kurt Cobain; este hecho inspira a Janis, el protagonista de 14 años, a adentrarse a la subcultura del heavy metal para intentar hallarse a sí mismo.

Sidharta Ochoa, editora de Abismos, dijo a La Razón que, pese a que el contexto letón parece totalmente distinto al mexicano, el lector puede encontrar similitudes entre los dos países, ya que durante ese año ambos pasaron por grandes cambios sociopolíticos.

“En 1994, mientras en México entra en vigor el Tratado de Libre Comercio, en Letonia se da un proceso de liberalización tras haber sido una república soviética; ése es el punto de encuentro entre las generaciones que crecieron entonces en ambos países: una explosión de la clase obrera y una cultura más globalizada”, detalló.

La también autora de Radical Chick destacó que la historia de Jelgava se teje a través de la relación que sus personajes entablan con el metal, adoptándolo como un estilo de vida.

“La novela no tiene la intención de contar cómo fue que Letonia se liberó de la Unión Soviética o cómo sufrían los jóvenes contraculturales, sino que pretende centrarse en aquello que ocurría en el entorno inmediato de Jelgava. Todo esto sin caer en el melodrama ni clavarse en los hechos históricos ni explotar la tragedia política”, abundó.

Por ello apuntó que Jelgava es una novela que apela al lector desde la nostalgia y que le habla de la condición humana, el deseo, el descubrimiento y los estragos que tiene en la psique vivir en un país aislado y gélido como Letonia.

“Es una nación con paisajes y zonas totalmente desconocidas para nosotros, cubiertas de nieve, en el que a los chavos se aventuran para ir a conciertos. Demuestra que la contracultura existe porque resiste, sin importar la situación del país donde nazca”, externó.