Historia de la pieza

¿Cómo llegó el Penacho de Moctezuma a Austria?

Desde 1991, México ha solicitado la repatriación o préstamo del Penacho de Moctezuma; desde hace 500 años la pieza está fuera del país

El Penacho de Moctezuma se encuentra en un museo de Viena.
El Penacho de Moctezuma se encuentra en un museo de Viena.Especial
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El Penacho de Moctezuma, el cual México ha intentado varias veces que regrese al país ya sea por repatriación o préstamo, ha estado fuera de nuestro país desde hace aproximadamente 500 años.

Según algunas versiones, Moctezuma se lo regaló al conquistador Hernán Cortés en 1519 y desde esa fecha ha tenido una larga travesía hasta finalmente ser parte de la colección del Weltmuseum Wien (Museo del Mundo), de Viena, Austria.

Se supo de su existencia en 1596 en un inventario de la colección personal del archiduque Fernando II de Tirol, y desde entonces ha permanecido en Austria.

Años después fue llevado al entonces Museo Etnológico de Viena, ahora Museo del Mundo, donde se encuentra resguardado.

A lo largo de los años, distintos presidentes de México han intentado que vuelva este Patrimonio Histórico del país; sin embargo no se ha concretado.

En 1991 el gobierno mexicano hizo una solicitud formal para la repatriación del Penacho de Moctezuma; pero no obtuvo ninguna respuesta. 

Cinco años después, en 1996, el entonces presidente austriaco Thomas Klestil solicitó que la pieza fuera restituida al país, en agradecimiento a que fue la única nación que no reconoció la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938; pero, nunca se realizó.

En 2005, el presidente Vicente Fox, durante una visita en Austria volvió a insistir en la necesidad de devolver a los mexicanos el majestuoso penacho; pero no se llegó a ninguna negociación.

Entre 2010 y 2012 la pieza fue restaurada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del recinto austriaco, quienes determinaron que su frágil estado impide que sea trasladada a nuestro país hasta existir una tecnología que pueda impedir cualquier vibración.

En 2011, tanto la Secretaría de Relaciones Exteriores como el INAH negociaban con Austria con el fin que el Penacho volviera temporalmente para ser expuesto; a cambio se ofreció prestar la carroza dorada de Maximiliano I. Sin embargo, meses después se determinó que no era posible.

“El tema de las vibraciones es delicado por varias razones, la primera es que los bordes de los elementos metálicos, especialmente los discos en oro, son filosos e irregulares, de tal forma que al estar en vibración y en contacto con las plumas las cortaría”, explicaba María Olvido Moreno, una de las expertas que participó en el proceso de restauración de la pieza. 

AG