Llevan distopía de Saramago a la experiencia del teatro inmersivo

El relato distópico-apocalíptico de José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, llega a México como una experiencia inmersiva y sonora a través de Blindness, producción teatral que carece de actores y escenario, pero que es narrada por la nominada al Oscar Marina de Tavira, mientras el espectador vive la experiencia desde una silla y con un par de audífonos.

El actor Luis Gerardo Méndez coproduce el proyecto, junto a Diego Luna y Carlos Carrera, que anteriormente se estrenó en Londres, Inglaterra, y Ámsterdam, Países Bajos, y ahora llega a la Ciudad de México, en el Teatro de los Insurgentes, donde estará hasta el 18 de abril.

Se trata de una adaptación del texto de Saramago realizada por el ganador del Tony, Simon Stephens, con la cual buscan que el público genere una catarsis respecto a cómo ha vivido la pandemia, además de alentarlo a volver a los teatros. 

“Somos gente que empezó en el teatro y este proyecto es una carta de amor a él”, señaló Méndez en conferencia vía Zoom.

“La obra nos habla a todos: a quienes la pandemia ha significado estar en su casa encerrados y aburridos, y a quien desafortunadamente ha perdido a alguien por el virus. Eso me parece muy relevante, es muy catártica, como cuatro sesiones de terapia, pues te dice, que pase lo que pase, no te pierdas, vendrá la lluvia y lo limpiará todo, porque la vida va a seguir”, destacó el actor.

Marina de Tavira da voz a la esposa del doctor, la única persona inmune a la ceguera blanca, quien se convierte en una especie de Virgilio de un grupo de supervivientes, en un mundo sumido en el caos y los bajos instintos.

“(A ella) se le va haciendo evidente lo que le va pasando al ser humano cuando no le queda más que la necesidad de sobrevivir y eso es lo que Saramago nos está haciendo ver: ¿qué ocurre cuando vamos perdiendo todo y sólo somos supervivencia?, todo eso lo lleva hasta el límite”, destacó la actriz.

Aunque el público sólo podrá escuchar la voz de De Tavira, realizar la narración implicó un profundo trabajo actoral y de experimentación escénica.

“El micrófono con el que se grabó es binaural… es realmente una cabeza con oídos que iba conmigo a todas partes, era mi referencia. Tuve que memorizar el texto como en un montaje, hubo un trazo escénico, ensayo, repeticiones y tomas como en el cine. Fue un ejercicio teatral en el que al espectador se le transmite hasta la más mínima respiración”, resaltó.

Luis Gerardo Méndez detalló que para garantizar la seguridad de los asistentes, Blindness recibe por función a sólo 100 espectadores y se hicieron ajustes en la ventilación del teatro, se sanitiza y tras función se les cambia la primera capa de tela a los audífonos.