Mejor el fuego explora aspectos controvertidos de la sexualidad masculina

El poeta, cronista y narrador peruano José Carlos Yrigoyen (Lima, 1976) presenta en México la novela Mejor el fuego (Literatura Random House, 2021): recreación de las andanzas homosexuales de un joven por la capital peruana en los años 90 del siglo pasado. Cosmos asediados por la pasión, el placer y los ensueños en donde el sexo, el recelo, la crueldad, lo sublime y el amor brotan desde evocaciones y trances configurados en los lindes del deseo.

Delirios de un narrador que relata sus incidentes eróticos y sentimentales en una exposición de sutilezas emocionales en guiños con un cinismo que lanza sus dardos contra la moral y los caducos esquemas sociales establecidos. “Una novela de una ternura morbosa y brutal que muestra con desnudez la paradoja de los amores homosexuales prohibidos”, ha dicho el narrador español Luisgé Martín.

Discurso narrativo en primera persona de sutil raigambre poética: mirada descarnada y piadosa que devela la incertidumbre de una ‘sensibilidad gay’. El tiempo: espejo y testimonio; la noche, guardiana de los cuerpos arrojados a los índices del goce. Estamos en presencia de un texto áspero y brutal que atrapa al lector por los abrazos de su ternura a veces repulsiva. “Eyaculó sobre mis nalgas y se sentó, agotado, con los pantalones a mitad de los muslos. El dolor era tan espantoso que debía tener sangre, algo dentro de mí palpitaba en carne viva. Me subí los jeans y limpié mis lágrimas con los puños”.

“Sé que he publicado una novela incómoda quizá, para algunos. Sé las reacciones que puede suscitar. La sexualidad entre varones es un tema delicado; me detengo en los apremios de la sexualidad masculina. El protagonista-narrador apela a sus recuerdos y edifica el ‘relato de un cuerpo’ infundido por las necesidades y deseos en diálogo con las dispensas de la imaginación”, expresó en conversación telefónica desde Lima, Perú, con La Razón José Carlos Irigoyen.

¿Título tomado de unos versos de Luis Cernuda? Así es: “...más allá de la muerte, a la injusticia.// Mejor la destrucción, el fuego”, escribió el poeta español. El fuego, metáfora del deseo y también de la destrucción. De ahí el rótulo de mi novela que, en esencia, aborda los avatares del deseo y la pérdida, la destrucción. Hay una representación desnuda, carnal y brutal de los sucesos que protagoniza el narrador.

¿Novela de aprendizaje, de formación? El narrador, hijo único, quien ha crecido en una casa familiar en total soledad desde la primaria sufre ataques violentos de sus compañeros, a los 14 soporta una violación, a partir de los 20 se enreda en relaciones homosexuales con diferentes muchachos. A los 23, los padres se divorcian e inician sus avatares sexuales que en la novela son revelados por el protagonista a los cuarenta años de edad. En ese sentido del repaso de la vida del personaje principal, Mejor el fuego es una novela de aprendizaje.

¿Todo está relatado desde la ‘memoria personal’ del protagonista? Recuerdos que van desde los años 80 hasta el 2000 en una exploración individual de la orientación sexual del narrador-protagonista.

¿Cercanía con la novela No se lo digas a nadie de su compatriota Jaime Bayli? Hay puntos de contacto. Bayli narra la trayectoria de un descendiente de la aristocracia limeña en el contexto del machismo y la intensidad homoerótica del protagonista. Sin embargo, recurre a la parodia, al humor que en Mejor el fuego no está presente.

¿Y Luisgé Martín o Reinaldo Arenas? Tuve el honor de que Martín escribiera unas palabras muy elogiosa de la novela; la lectura de su relato autobiográfico El amor del revés fue determinante para la escritura de este libro. Del cubano Reinaldo Arenas, Antes que anochezca. Dos textos autobiográficos fundamentales; pero, mi propósito era escribir un libro de ficción con elementos autobiográficos: los índices que regala el universo novelesco empalman en mi caso, la invención con la experiencia vivida.