MIGAS DE BITS

Migas de bits
Migas de bitsFoto: Especial
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En este mundo donde dejas migas de bits por todo tu entorno digital, no estar conectado es la rareza más extraña y la conducta más irregular. Antes, si alguien se sentía incómodo, los colores se subían al rostro, ahora, solo basta bajar la mirada y perderte en una pantalla y también sirve para, ignorar, desdeñar, insultar y/o evadir, en otras palabras, nuestros mecanismos de defensa dejaron de ser psicológicos para convertirse en un mero gesto acompañando de una muletilla electrónica.

Les digo todo esto porque acabo de dejar de ser extraño a ser total y absolutamente arcaico. El estómago me ruge del hambre y tengo varias monedas y billetes en el bolsillo pero, nunca me enteré de que hoy iniciaba la prohibición de moneda, vamos, el gobierno siempre quiso hacer esto, al no usar efectivo todo deja un rastro y por consiguiente, no te escapas de pagar tu valor agregado impuesto y los grandes consorcios criminales habrían tenido que contratar ejércitos de contables, en lugar de los sicarios y químicos truncos y eso más el 65% de personas en estado de calle, era más que suficiente para que nunca se dejara de usar efectivo pero, ahora, hasta el mendigo más olvidado puede comprar un celular en la tienda de la esquina y eso facilitaría las cosas... nunca conté con que la UN catalogara al aparato como derecho humano y obligaría a todo gobierno a proveer de un dispositivo de intercomunicación estándar o en el argot que venía escuchando todo el día pero que no entendía... “el DIEgo”.

Aquí estaba, con suficiente dinero para comprar cien tacos pero, sin ningún restaurante que pudiera vendérmelos.

“MEN” caray, de hombre en inglés a Moneda Electrónica Nacional por eso cuando el taquero me dijo son 78 men, creí que el “men” era una forma de hablar y cuando saqué el billete de 100 solo dijo “men, cabrón, no me quieras ver la cara men” y seguí pensando que era su “slang” anglo favorito pero, no... no men...

El gruñido estomacal despertó al indigente detrás de la banca, el sujeto no había terminado de estirarse y abrir los ojos cuando ya estaba viendo su teléfono y “scrolleando”

Mi sentido de la independencia tecnológica no tenía mucho sentido cuando de todas formas no podía ir con la frente en alto pues ya el estómago lo doblaba de la falta de alimento. El valiente dura, hasta que el cobarde lo sube a sus redes y no importa si el valiente tiene o no, todos, se reían junto con el cobarde.

Hashtag “#DudeLost” y aún sin saberlo, competí dos minutos en memes contra un actor de los setenta y ochentas que aparecía con traje, bastante perdido,

Sí se preguntan como sé todos los términos que uso, si me son tan ajenos, como lo son la decencia para el congreso y el sonido en la luna. Pues bien, el buen samaritano que acaba de darme una mano escribiendo esto desde su celular, está endiosado por encontrar un bicho raro como yo y hasta los tacos se ofreció a pagar, siempre y cuando le de los derechos exclusivos para hacer un vlog... o algo así... le dije que si, digo que más puede pasar.

El hambre es el motor más fuerte que hay y hasta los más recalcitrantes evasores tecnológicos terminamos cantando las mañanitas S. Jobs.

Heme aquí, viendo como el hippie me ve raro por decirle hippie en los años 20, el año de Hidalgo... #ingesusielañodejaalgo. No, eso no lo escribas ni le pongas “hashtag”, como que ya no se puede borrar ¿qué es streaming?

El hippie... ¿Cómo que qué es un hippie?... ok, el buen samaritano... no, no es insulto. En fin, el buen hombre me enseñará como usar las redes y el CoDiMEN que es como la cartera virtual siempre que le deje usar mi video para hacerlo viral. No, no sé que es viral pero me imagino que nada bueno debe ser.

El caso es que si se hace viral (sea lo que sea eso) estaremos recibiendo toneladas de likes y que eso se traduce en MEN. Está seguro de que mi rareza será suficiente para que tenga mucho tráfico la publicación (sea lo que sea eso).

No sé porque no había entrado a esto antes, ya no me siento extraño, hasta mis libros entran en el aparato este, apenas pude, me compré el último modelo, demasiadas cosas coloridas en la pantalla que aún no sé ni para que sirven pero, todos ven mi teléfono y automáticamente miden mi estatus y sonríen, esto es mucho más fácil que como vivía antes quizá vivía en el error, llevo apenas unos días de haber abierto mi red social, cuando una despampanante y sugestiva mujer me pidió amistad y empezó a platicar conmigo hasta de lo más íntimo, quedamos en vernos apenas venga a la ciudad, no me dijo que le faltaba dinero... perdón, MEN. Aún no tengo mucho, la transición de lo real a lo virtual tarda mucho cuando es en papel moneda pero, apenas pueda, la sorprenderé con una transferencia, además, soy famoso, no me canso de poner “#DudeLost” en el buscador y verme junto con los millones de “viewers” hasta un contrato de negocios me trajo esto.

Todo se reduce a un tema de percepción, para unos eres el peor personaje de la existencia y para otros, el redentor reencarnado, todo depende del cristal con que se mira y... si se mira pues, incluso teniendo los pelos de la burra en la mano, un sujeto te pregunta el color y tienes que voltear a cerciorarte del color que son y a veces, solo a veces, hasta de si es burra o solo es un constructo de post verdad.

Así es este mundo ahora, intercambiamos los pelos de la burra por una pequeña pantalla en la que nuestra vida queda en exhibición por decisión propia y unos sujetos se dedican a destruirte minuciosamente hasta que les da la gana.

La única defensa que existe es la temporalidad, lo que se dijo hoy, ya ni siquiera espera a mañana para dejar de importar, a veces solo toma un rato y... un pulgar. La fama es tan efímera como lo es la pira de leña verde digital.

He perdido todo, no tengo nada, no soy nada, me han vaciado y mi legado, será un triste video titulado #DudeLost donde se transita de la risa a la lástima en dos minutos y medio... sea pues... Sigan las migas de bits antes de perderse en un bosque digital donde eres no lo que eres sino lo que los demás dicen que eres, una y otra y otra vez... y te borran y te exhibes y te olviden y se ríen... sí un tipo perdido siguiendo migas de pan hacia una casa que no existe más.